Y tu vientre sabe a pan

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Hoseok se había preparado para pasar las tres noches con el Alfa, sentía demasiados nervios pues, desde que este lo había tomado con fuerza,  no lo habían vuelto a hacer. Limpió su cuerpo con esencias para purificar y se colocó un hanbok de seda suave y casi transparente que se observaba su figura con la luz de la luna. Se recostó en la cama esperando a que el alfa llegara para tomar lo que le correspondía. 

─ ¿Por qué tarda? ─ dijo viendo hacia la puerta y tocando su vientre, sus bebés dormían la mayor parte del tiempo, pero cuando sentían su tristeza despertaban dejando salir du aroma. Hoseok empezaba a dudar de que su Alfa llegara junto a él, sin saber que aquel tonto alfa estaba fuera de la habitación nervioso queriendo entrar, pero retrocediendo una y otra vez. Sus manos temblaban y sus piernas parecían doblarse al tocar la puerta. 

─ Ya entra imbécil o lastimarás a tu Omega. ─ dijo Taehyung observando a aquel alfa indeciso, este vio a Taehyung y su mirada era de puro enojo. ─ Si fuera otro Omega no me importaría tanto que te mandara a la mierda, pero es mi hijo... No quiero que lo sigas lastimando como lo has estado haciendo, Min. 

─ Lo siento, te prometo que no cometeré una estupidez más... En verdad, Hoseok es importante para mi. 

─ Lo es más para mi y mi manada, si estamos en la aldea es porque es céntrica y permite hacer las entregas entre aldeas con más rapidez, pero si mi hijo vuelve a llegar llorando por tus decisiones y cobardía... Nos iremos con él a la aldea Kim. ─Yoongi asintió, esta vez no podía decir nada ante las palabras de Taehyung, era el momento de actuar como el Alfa que debía ser. ─ Nos iremos primero, cuida de mi hijo. 

─ Así será. 

Taehyung se fue sin poder dejar de estar preocupado por su hijo, le dolía que no pudiese ser tan feliz como lo eran él y su esposo. Yoongi finalmente abrió, justo cuando Hoseok se quitaba el hanbok para colocarse otro más abrigado. Yoongi gruñó sin poder evitar que su aroma se esparciera por la habitación, el Omega de Hoseok saltó en su interior dejando escapar el lubricante que recorrió sus piernas. 

─ Alfa.

─ Hoseok... Eres lo más hermoso que he visto en mi puta vida. ─ Hoseok abrió los ojos desmesuradamente cuando vio  a su Alfa acercarse hasta que lo tomó por la cintura y atrapó sus labios con los suyos. Hoseok llevó sus manos a los hombros de Yoongi, este disfrutaba de aquel delicioso sabor que provenía de la boca del Omega. 

Cuando necesito respirar se alejó de él, pero llevó su nariz al cuello del Omega, este gimió cuando lamió su marca. Hoseok sentía que moriría con aquel gesto tan íntimo, luego lamió sus orejas y mordió el lóbulo de cada una de ellas. ─ Yoongi... Te necesito...

Yoongi lo acostó en la cama y fue besando sus hombros, bajó a su pecho mordiendo sus tetillas y luego besó su vientre, se detuvo allí lamiéndolo y besándolo. ─ Tu vientre es lo más exquisito, sabe a pan del bueno... De ese que tomas un bocado y quieres más. 

─ Yoongi, tu aroma está más intenso. 

─ Es porque te deseo demasiado. ─ Dijo mientras tomaba el miembro de Hoseok y masturbarlo, veía con deseo aquel miembro que empezaba  a derramar el presemen, pasó su lengua por la punta y sintió que su excitación se elevaba cuando aquella esencia deliciosa inundaba sus papilas gustativas. Engulló el miembro de Hoseok y empezó a succionarlo, lo lamía y su lengua rodeaba la punta provocando gemidos en su Omega quien se liberó en su boca. 

Yoongi se descontroló sintiendo aquel sabor tan adictivo, deseaba tomarlo con fuerza, Hoseok no se negó por medio del lazo le envió el mensaje. Deseaba que lo tomara con todo el deseo que pudiese sentir por él, Yoongi no se negó y abriendo sus piernas se colocó entre ellas alineando su miembro y lo empujó con fuerza haciendo que Hoseok se aferrara a las sábanas. Sin embargo, cuando Yoongi lo sostuvo de la cintura, el Omega llevó sus manos a la espalda de su Alfa donde dejó marcas. Yoongi veía como sus uñas se clavaban en la piel de Hoseok y esta se regeneraba. Solo su marca en el cuello permanecía, pero su piel estaba intacta pese  a sus mordiscos y rasguños. 

La Chispa adecuadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora