Vida tras vida (Extra)

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─ Prometo amarte más en la próxima vida y serte fiel para toda la eternidad. Te amo Min Saiko y esperaré el momento en que nos veamos. ─ Besó sus labios y luego acercó la antorcha al cuerpo de su esposa. Poco a poco el cuerpo se consumió en las llamas y Yoongi dejó allí su amor, se juró no volver a amar, su corazón se consumía junto a su esposa en el fuego.

Esa promesa había provocado que Saiko subiera al trono de la diosa Luna en el cielo, el dios Sol le concedió una nueva misión hasta que pudiese descender en forma humana y reunirse con su verdadero amor. Sin embargo, Yoongi descubrió que su corazón humano latía ardientemente solo por un hombre, Jung Hoseok y, pese a que él era amado por otro y el amaba a otro, no pudo evitar soñar con él y pedir reencontrarlo en una vida para poder vivir una historia de amor.

Yoongi así empezó a recorrer vida tras vida, pero en las ocasiones que coincidió con él siempre llegaba tarde y cuando lograba alcanzarlo este se le escapaba de las manos, renació como un sabio en un mundo diferente y fue tarde cuando Kim Taehyung se le adelantó. Saiko la diosa Luna le maldijo, si en verdad quería estar con él, su lobo interior debía ser vencido por su parte humana o terminaría en desgracia, pero el dios Sol le pidió que si él no lograba pasar la prueba que su hijo no fuera castigado y que pudiese vivir.

Cuando Hoseok escuchó a Ji-Eun no podía aceptar que su alfa le lastimara, habían pasado por mucho y le había enseñado a amar y su Omega lo amaba. Pero los lobos se rigen por la luna y desde aquel día frente al río, las cosas habían cambiado mucho. Hoseok le preguntó al dios Sol acerca de aquella maldición y este le había contado la historia, entonces buscó la ayuda de su padre.

— Hijo, si el dios Sol dice que es una prueba puede tratarse de sus lados humanos venciendo a su lado Omega.

— Hace diez años de esto padre, pero nuestros lobos empiezan a alejarse y Yoongi no parece notarlo. Miss hijos han nacido sanos, pero con Beomgyu sentí como su lazo conmigo se debilitó más. Lo amo, no quiero perderlo.

Taehyung se acercó a su hijo, odiaba verlo llorar y lo abrazó. — Cuando él te trató como un puto me negué a darte a él, es un sentimiento que me decía que debía alejarte de él. Pero si lo amas puedes usar las hierbas para controlar a tu Omega, pero si tu alfa destinado es otro será muy difícil.

— Lo venceré, por mi y el amor que siento por mi familia.

Ese día mientras repartía la medicina en la aldea Kim, Hoseok sintió a su Omega agitarse, buscó a su alfa con una sonrisa, pero no estaba y él apareció con aquella sonrisa idiota, tenía aquel lunar en su nariz y su forma extraña de actuar para que los demás le sirvieran. — Omega.

Escuchar que lo llamaba Omega le hizo sentir felicidad, pero Hoseok amaba a Yoongi y cuando sintió que su celo estaba cerca se alejó de él. Kim Vante corrió tras él, había esperado a su destinado mucho tiempo y no quería perderlo. Cuando le dio alcance lo abrazó, pero Hoseok le empujó y él sintió tristeza al verlo llorar.

— Lo siento, pero tengo esposo e hijos... No puedo serle infiel.

— Omega... No te lastimaré, huye ahora o no podré contenerme.

Hoseok subió a su corcel y se alejó lo más rápido que pudo, Taehyung al ver que Vante se contenía se acercó a él y le dio una hierba que dormía a su lobo interior. Vante era parecido a él, solo que sus ojos eran  verdes y su cabello castaño.

Hoseok cabalgo un día completo hasta llegar a media noche, entró a la habitación de Yoongi quien al sentir su aroma se asustó pues no era tiempo de su celo. — Hoseok, ¿Has cabalgado en ese estado?

— Yoongi, te amo.

— Yo te amo, Omega.

Hicieron el amor, pero por alguna razón sus lobos no se conectaron y cuando quiso renovar la marca, no pudo. Yoongi amaba a Hoseok, pero su lobo no. Yoongi fue acariciando aquella piel tan hermosa, besó sus tetillas y las mordió, luego descendió probando su esencia que empezaba a emerger y Hoseok gimió al sentir su boca devorando su intimidad. Hacer el amor con Yoongi siempre fue maravilloso, sabía cómo hacerle sentir placer y llegaba a todos los puntos que lo hacían delirar. 

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