MALTRATADO (Libro I)

CAPITULO 33

TAEHYUNG

—Tengo una sorpresa para ti, pero tienes que prometerme que no te vas a enfadar.

Miro fijamente a Jin, con la cabeza inclinada hacia un lado mientras me siento a horcajadas sobre él, con mis manos recorriendo sus abdominales cubiertos de mi semen. Definitivamente necesitamos una ducha.

—¿Por qué me habría de enfadar por una sorpresa?

Me agarra el culo con sus grandes manos, su polla empieza a ablandarse y puedo sentir su semen goteando de mi culo. —Bueno, es tu cumpleaños, así que he reservado un restaurante.

Levanto la ceja. —¿Por qué me molestaría eso?

Es muy considerado. No le dije que era mi cumpleaños, pero tiene toda mi información, ya que es mi jefe y todo eso. —Bueno... —Parece adorablemente nervioso, lo que hace que mi estómago se estremezca. He tratado de seguir el consejo de Yoongi y de inclinarme positivamente a todo esto. Coloco mi mano sobre su corazón, riéndome de la sensación pegajosa de mi mano, pero también cautivado por el golpeteo de su corazón. —Yoongi y Namjoon también quieren ir. Para celebrarlo.

Dejé escapar una carcajada sorprendido, pero feliz. —Vamos a tener una cita con tu hermano y su terapeuta. —Me agarra, dándonos la vuelta para que esté encima, su polla dejándome y haciéndome gemir por la pérdida.

—No su terapeuta. Nuestro amigo. —Me mira a los ojos. —¿Está bien?

Mi corazón se siente tan condenadamente lleno, y no estoy del todo seguro de qué hacer con todo esto. Pero asiento con la cabeza. —Sí. Está más que bien. —Me muerdo el labio inferior, esa sensación de nerviosismo no desaparece mientras reúno todo mi valor. —¿Significa esto que soy tu novio? ¿Te has tomado todas estas molestias por mi cumpleaños?

Me estudia detenidamente y mi corazón está a punto de estallar. —En primer lugar, no es ninguna molestia. —Me besa suavemente los labios, su gran cuerpo aplasta el mío de la forma más satisfactoria. Se retira un poco. —Y, en segundo lugar, ¿sí?

Me rio. —¿Es una pregunta?

—Quiero decir, algo así. Pensé que ya lo eras. —Parece adorablemente inseguro, y me inclino hacia arriba, capturando su boca con la mía.

—Lo somos—, suspiro contra sus labios. —Sólo quería oírlo.

Sonríe y juro que puedo sentir sus nervios y los míos. Me pasa el pulgar por el labio inferior.

—Te amo.

Jesús, creo que mi corazón se ha parado por completo. Pero no, late más fuerte que nunca. Tan fuerte y tan alto que juro que puedo oírlo.

—No sientas que tienes que decírmelo, ¿Okey? —Parece seguro de sí mismo, con una sonrisa en la cara mientras me besa de nuevo. —Te amo, y quiero que lo sepas. Pero no hay condiciones. No tienes que devolvérmelo si no estás preparado.

—Yo también te amo—, suelto, sorprendiéndome a mí mismo, pero lo digo en serio. No puedo creer que él también me quiera.

Sonríe y no discute conmigo. Creo que me habría matado si lo hubiera cuestionado, pero no lo hizo. Por supuesto, no lo hizo porque es Jin. Un Jin cariñoso, dulce y atento.

—Te amo—, suspiro otra vez, y su cuerpo parece hundirse en señal de alivio, aplastándome momentáneamente, pero lo aferro a mí, sin querer dejarlo ir.

—Tenemos que ducharnos y prepararnos. El lugar es bastante elegante.

Me suelta y hago un mohín mientras se aleja de mí y de la cama. —¿Elegante? Te dije que no necesito eso.