MALTRATADO (Libro I)

CAPITULO 21

JIN

—¿Estás bien? —Me sobresalta la voz de Chanyeol mientras estoy sentado detrás del mostrador del gimnasio, haciendo lo posible por no mirar a Taehyung, que está limpiando el equipo.

Todavía estoy enfadado por nuestra discusión o pelea -o lo que sea- de hace dos días. No hemos hablado, y no he podido mirarlo a los ojos ni apenas hablarle más allá de darle algunas indicaciones para el trabajo. Lo odio, pero me siento humillado. No porque haya besado a un hombre, sino porque ese hombre pensó que era por lástima.

Porque él, como todo el mundo, cree que tengo una especie de extraño complejo de héroe que quiere salvar a todo el mundo. Quiero decir que quiero ayudar a la gente. ¿Es eso tan jodidamente malo? Pero también tengo mis propias necesidades y deseos. Supongo que los he dejado en segundo plano antes. Mierda.

—Um... ¿Jin?— Mierda. Chanyeol me estaba hablando.

Me giro para mirarlo. —Estoy bien. ¿Por qué lo preguntas?

Se encoge de hombros, con aspecto casi avergonzado mientras se agarra la nuca. —No lo sé. Es que pareces un poco... —Parece que está buscando la palabra adecuada, y juro que ya son más palabras de las que me ha dicho de una vez. —¿Triste? Y Taehyung también.

Eso definitivamente llama mi atención. —¿Triste? ¿Está triste?

Mis ojos buscan inmediatamente a Taehyung, que de repente se mueve hacia otra máquina, pareciendo agotado mientras lo hace.

Vuelvo a mirar a Chanyeol. —No me parece que esté muy triste. Sólo está haciendo su trabajo.

No parece convencido, y me sorprende cuando continúa: —Sí, pero te mira, como cada dos segundos. Y no sé, no ha estado muy hablador los últimos días. ¿Se han peleado?

—No. Por supuesto que no. —Me muevo incómodo en mi asiento. —¿Por qué piensas eso? Sólo soy su jefe. No sé por qué se me prestaría atención.

Parpadea una vez, mirando por encima de su hombro a Taehyung y luego de nuevo a mí. —¿No están juntos?

Bueno. Mierda. —¿Por qué crees eso?—Las preguntas siguen saliendo de mi boca.

Se encoge de hombros, mirando al suelo en lugar de a mí. —Lo siento. Sólo pensé... —Sus ojos vuelven a encontrarse con los míos. —Ustedes siempre están juntos. Bueno, quiero decir que normalmente lo están. Siempre riendo y bromeando. Y siempre estás en su apartamento.

Por alguna razón, no me di cuenta de que alguien más sabía eso o estaba prestando atención. —Somos amigos.

Él asiente con la cabeza exageradamente. —Sí. Sí, quiero decir, claro. Yo sólo... —Parece muy nervioso ahora mismo, y estoy seguro de que quiere salir corriendo, pero me sorprende cuando dice: —Parece tan desconsolado cuando te mira. Y tú pareces disgustado. Siento haber asumido...

Lo corto: —Soy su jefe. Él es mi empleado. También somos amigos, pero eso es todo.

De nuevo, he puesto nervioso al pobre chico. Se sonroja y se mete las manos en los bolsillos de los pantalones. —Lo siento. De todas las personas, debería saber que no debo suponer.

—¿Y eso por qué?

Su rubor se intensifica. —Oh, mi mejor amigo, Sehun... —Sonríe cuando dice el nombre de su amigo, pero no estoy seguro de que se dé cuenta. —La gente cree que estamos juntos todo el tiempo. Pero no es así con él.

—Oh—, digo tontamente porque realmente no quiero cruzar ningún límite.

—Sí. Quiero decir... —Ahora está divagando, y me doy cuenta de que tal vez sólo necesita alguien con quien hablar. —Él es gay, pero yo no lo soy. Así que lo entiendo. Nadie debería asumir que estamos juntos. Somos los mejores amigos. Es la mejor persona que conozco.