Aquella casa, tenía dos puertas, las dos daban para las solitarias carreteras de las afueras de Seúl, Hyunjin incluso podía ver las luces azules y rojas de las patrullas. Abrió el cajón y chasqueó la lengua cuando se dio cuenta que no había ninguna arma con la que defenderse. Caminó rápidamente hasta la cocina, escuchando como los policías aporreaban su puerta, tomó un tubo de duro metal que siempre llevaba con él y miró la ventana de la cocina con cuidado de que no lo vieran.
Deseo que aquella casa tuviera otra puerta en la parte trasera, pero no era así y tenía que salir por delante, por suerte, los estúpidos justicieros sólo había rodeado la puerta principal. Abrió la segunda puerta con cuidado, sin hacer mucho ruido, no miró atrás y trató con todas sus fuerzas en no pensar en Jeongin y casi lo logro, casi.
Salió de la casa negando repetidamente con la cabeza, aun tenía el carro que había robado por lo que subió con prisa y juntó los cables para que el motor rugiera segundos después. Arrancó con fuerza, haciendo que el color negro de las llantas pintara el grisáceo suelo. Admiró con una sonrisa como los policías volteaban a verlo con incredulidad. Asomó la cabeza por la ventana y agrando su sonrisa.
—Alcáncenme si pueden. —Y arrancó, sin esperar a ver que los policías lo siguieran.
La sonrisa que había puesta para darle arrogancia a su momento de escape, desapareció de su rostro al saber que probablemente Jeongin escaparía, que no lo volvería a ver y que también posiblemente lo atraparan.
Jodida buena suerte la suya.
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Jeongin seguía recargado en la pared del cuarto, tan callado como podía, esperando escuchar algún ruido que lo hiciera salir corriendo del lugar como Hyunjin le había ordenado. Era estúpido darse cuenta que estaba obedeciendo a su secuestrador pero... creía en él, creía en sus palabras y por eso seguía ahí, por esa razón no pensaba abandonar a Hyunjin.
El pánico lo inundo, ¿Qué haría ahora? Parecía que Hyunjin no esperaba las patrullas, parecía que más bien estaban escapando de otra persona, pero ¿De quién? Jeongin se separó de la pared cuando escuchó el sonido de las sirenas alejarse, sus piernas temblaban por el miedo de encontrarse con algo que no quería. Buscó con la mirada algo con lo que defenderse, sin embargo, no había absolutamente nada. Aun si nadie había entrado a la casa, él iría corriendo al club, en busca de ayuda, en busca de Bangchan.
Su delgada playera se le pegaba a la piel debido al sudor, fue entonces que notó el pequeño ropero que había y vio una enorme sudadera, supuso que sería de Hyunjin, por lo que, aun temblando; se quito la playera y se coloca la sudadera. El olor a tabaco mezclado con otro olor extrañamente dulzón lo tranquilizo: olía exactamente a como olía Hyunjin.
Salió del cuarto y parpadeo varias veces al notar que no sabía qué hacer, debía ir con Bangchan, sí pero ¿Y si le pasaba algo en el camino? Caminó por el largo pasillo de la casa y de la cocina sacó un cuchillo y abrió más cajones buscando otra cosa que llevar y poder defenderse.
Jeongin sabía que no era una coincidencia que hubiera una navaja ahí, tal vez Hyunjin de alguna manera intuía que algo malo iba a pasar. Tal vez no, ¿Quién sabe? Tomó la navaja y la guardó en el enorme bolsillo que tenía la sudadera en medio en la parte baja de esta. Y con el cuchillo en su mano, caminó hasta la puerta, tomó varias bocanadas de aire antes de abrir la puerta.
Y cuando la abrió, alguien se le echo encima haciéndolo caer al piso, su cabeza golpeó fuertemente contra el piso de cemento, su visión se volvió borrosa de repente y parecía como si le hubiesen puesto tapones en los oídos porque escuchaba todo como si fuera un eco, intentó levantarse del piso pero se detuvo al sentirse demasiado mareado para hacerlo.
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𝗸𝗶𝗱𝗻𝗮𝗽𝗽𝗲𝗿
Fanfiction𝐇wang Hyunjin es el secuestrador más famoso de Seúl. Se le conoce por secuestrar a chicas de quince a diecinueve años, las personas quienes le investigan dicen que suele violarlas para después matarlas y no dejar rastros de ellas. 𝐘ang Jeongin es...