† ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ғᴏᴜʀᴛʏ ɴɪɴᴇ †

393 41 0
                                    

— ¿Qué les parece este?

— ¡Es lindo!

— Está más feo que YoonGi.

— ¿Y este?

— ¡Está precioso!

— Patético.

— ¿Qué tal este?

— ¡A JimSi le encanta!

— Espantoso, totalmente, espantoso.

— Bueno... ¿Y este?

— ¡Ese es perfecto!

— Horrible.

— Pero... ¡Papi!

JiMin comenzó a patalear con el ceño profundamente fruncido, porque es que ya había mostrado todas las opciones de traje para novios que más le habían gustado y a todos YajaTzael les encontró algún pero cuando JimSi aceptó todos con clara emoción por verlo con uno puesto. Él había creído fielmente que iba a necesitar solamente a ese chiquito para que le diera opiniones y lo ayudara a elegir, pero tampoco tuvo el corazón de dejar de lado a su papá cuando le hizo todo un berrinche para que se lo llevara con ellos, así que no tuvo más opciones que hacerlo creyendo que dos opiniones serían mejor que una porque él solía ser bastante indeciso. No obstante, jamás pensó que YajaTzael se iba a poner a renegar y a rechazar cada traje que mostró, porque dis que uno era muy ajustado o porque el otro muy sencillo.

— ¡Papi, nada te gusta, ¿ah?!

— Es que tú también. ¿Para qué quieres mi opinión si al final eres tú quien se pondrá el traje?

— Es...

— ¿Y quién le ha dicho a YajaTzaelly que Mimi quería su opinión? Tampoco se trata de mentir por convivir.

— Pero... Honguito grosero.

JimSí encogió sus pequeños y delicados hombros, ignorando por completo a YajaTzael por estarse revisando las uñitas mientras yacía cómodo en sus piernas porque estando ahí podía ver mejor todos los trajes que JiMin había estado enseñándole a los tres. Y en lo personal, todos esos trajes estaban preciosos y de su parte amaría ver a JiMin con todos ellos, porque es que no había cosa que amara más que ver a ese chico todo bonito y resaltando su belleza con trajes o accesorios que le daban todas las miradas que merecía por ser tan precioso. Así que no se iría de ahí hasta que JiMin encontrara el traje más hermoso de todos para su día especial y si para eso debía ponerle cinta adhesiva al lengua larga de YajaTzael, entonces lo haría sin remordimiento alguno.

— Bueno, ya que no vas a dar tu opinión, cosa que agradezco mucho.

— Oye, maldito enano grosero.

— Creo que estoy entre este y este. ¿Qué opinas, bebé?

— Pues, yo opino...

— Tú no puedes opinar, señor. Se lo preguntaba a JimSi.

Wow.

YajaTzael jamás creyó que su propio hijo le daría una puñalada por la espalda de tal magnitud que lo sintió sin anestesia y no pudo haberse sentía más ofendido e indignado que cuando JimSi se levantó de sus piernas para ir con JiMin y ver más de cerquita los dos trajes que lo tenían tan indeciso. Es que él se preguntaba cómo es que tan siquiera había aceptado acompañarlos a esa tienda en la que debió de imaginar que se tardarían un siglo y que cuando salieran de ahí, el final apocalíptico ya debía estar empezando. Y no estaba exagerando absolutamente nada.

— Me gusta este. ¿Verdad que es lindo?

— No, no, no. El que quieras menos ese.

— ¿Y por qué no?

ɪ ʟɪᴋᴇ ʙᴏʏs² 「†」 ʏᴏᴏɴᴍɪɴ [ʟɪʙʀᴏ ᴛʀᴇs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora