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JungKook sonrió en grande al verla, seguía igual de hermosa, como cuando estaban en la universidad

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JungKook sonrió en grande al verla, seguía igual de hermosa, como cuando estaban en la universidad.

Su mejor amiga. Song Yuqi. La esposa de su mejor amigo, era su mejor amiga.

Quién diría que sus amigos terminarían casados. Qué situación más extraña que aquella.

MinGyu sonreía, en sus brazos mantenía durmiendo al que creía era su hijo, incluso era menor que EunYeong, o eso intuía porque el bebé estaba demasiado grande.

—Mira nada más... —suspiró sonriente, su vibrante energía siendo transmitida al alfa Jeon, era una recesiva, pero su actitud y personalidad imponía presencia.

JungKook se acercó unos pasos, abrazando a la castaña por impulso emocional, sorprendiendo a la pareja un poco, pero finalmente los tres sonriendo.

—Te ves igual que cuando me fui —comentó, alejándose para volver abrazarla, estaba feliz de volver a verla.

El otro alfa pelinegro rodó los ojos, miró a su bebé y le depositó un beso en la frente, sonriendo.

—Y tú estás tan... tú —reconoció la castaña, riendo, mas su rostro se transformó a uno serio—. ¡Pero tú, maldito infeliz! ¡¿Cómo te atreves a regresar sin visitarnos?! —Soltó con impotencia, golpeando constantemente el brazo del pelinegro con orbes celestes.

La mujer siguió reclamando, mientras que el esposo les veía con una sonrisa; ellos discutiendo y él cuidando de su cachorro felizmente, sabiendo que si interrumpía a su mujer, era probable que intentara algo en su contra.

Lo sentía mucho por JungKook, pero debía soportarla hasta que se cansara.

JungKook reía por lo bajo, excusándose por problemas personales que la mujercita no le creía ni aceptaba sin fundamentos concisos.

—¡Basta, te contaré todo, pero vamos adentro! —Se rindió, agarrando de los brazos a la dama para que detuviera su ataque de agresividad.

Y funcionó, Yuqi se quejó con su marido alegando que seguramente el traidor tenía a otros amigos y por eso no les avisó de su regreso.

Gyu le tranquilizó acariciando su espalda, alentándola a caminar por donde JungKook les dirigía, diciendo que quizás el mismo Min podría haber causado conflicto por estar tan ocupado durante semanas fuera de Seúl, lo cual fue el tiempo en el que JungKook ingresó al bufete.

La mujer seguía hablando con su esposo, hasta que decidió prestar atención al lugar que se dirigían, pues ya habían pasado tres habitaciones divididas; en la primera, estaba la sala de estar, allí se encontraban algunos sofás, lámparas en mesitas a cada extremo de los sillones, una mesita de cristal en el centro y pinturas en la pared.

En el segundo espacio, estaba el comedor de madera oscura con tablero liso de cristal, doce sillas alrededor, en una esquina se encontraba un macetero enorme con flores, mientras que en la esquina diagonal contraria otro le complementaba.

Gaman | KookV | En Emisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora