30 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒚𝒐, 2023
𝐙𝐎𝐄 𝐒𝐄 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐁𝐀 a punto de irse a su oficina a dejar unas prendas de ropa, y justo cuándo estaba por salir su hermano alan, le habló.
— Oye, zoe. — Habló este.
— ¿Qué necesitas, alan? — Pregunto la chica de ojos claros levantando su mirada para mirar al chico.
— Me preguntaba si tal vez.. podrías llevarme a casa de fede. — Respondió alan rascándose la nuca.
— Obvio, justo estaba por salir. ¿Necesitas ir ahora?
— Si.
— Bien, vamos entonces. Pero primero, debemos pasar por mi oficina para dejar estas prendas de ropa.
— De acuerdo.
Ambos hermanos salieron de su departamento, cerraron con llave, subieron al ascensor y se dirigieron al estacionamiento. Acto de que llegarán allí, ambos subieron al auto y se fueron hacia la oficina de zoe.
— Alan, esperame acá. Vengo enseguida. — Él solo asintió, zoe bajo del auto y se metió dentro de la oficina.
— Hola zoe, al fin llegas. Te necesitamos urgente. — Hablo una de sus ayudantes, katia.
— Solo vine para dejar estas prendas, y darles el formato con los nuevos diseños. — Hablo la chica dándole unas hojas a su ayudante.
— Necesitamos tu ayuda, zoe. — Volvió a hablar su asistente, katia.
— No puedo quedarme, tengo a mi hermano en el auto y tengo que llevarlo a casa de uno de sus amigos. Tengo trabajos que hacer, ya que una de las novias que vino el otro día necesita ayuda con el vestido. Sea lo que sea, solucionenlo ustedes. — Zoe salió del edificio en donde se encontraba su oficina y volvió a subir a su auto.
Condució hasta la casa de fede, dejando a su hermano allí.
— ¿No quieres entrar? — Preguntó.
— Solo pasaré a saludar, y a hacer un poco de tiempo. — Respondió la chica, bajando del auto junto a su hermano y golpeando la puerta del portón de fede.
— Hola yanke, pasa. — Dijo fede. — Oh, hola zowi. — Hablo el castaño dándole un beso en la mejilla a la joven.
— ¿Todo bien, fede? — Preguntó.
— Todo bien. Pasen, te estábamos esperando para empezar a grabar yanke. — Los tres se dirigieron al patio en donde se encontraban ian y carlitos.
— Hola zoe. — Hablo carlitos acercándose a la chica para saludarla.
— Hola Alex. — Dijo la chica e hizo el mismo acto que el.
— Hola valu. — Se acercó ian a dejar un beso en su mejilla.
Al sentir ese beso, se le lleno de flashbacks su cabeza. En especial, esa noche de la fiesta de los 20 millones.
Flashback.
Ambos jóvenes se encontraban en la habitación del rubio, con las luces de colores que provenían desde afuera e ingresaban por la habitación del argentino y brillaban con el sudor de sus cuerpos desnudos, los cuáles se movían en una sincronía perfecta con cada choque intenso. Los gemidos y pequeños gritos salían de sus labios al sentir el placer recorrer cada músculo de su cuerpo.
Los labios pintados de un color rojizo matte de la mujer se abrieron lentamente, soltando un pequeño grito cuando el miembro del hombre tocó su punto sensible de forma agresiva pero satisfactoria que provocó algunos jadeos de su parte, que para el argentino, provocó una gran ola de placer recorrer todo su cuerpo cuando ella comenzó a gemir en su oído, mientras aferraba una de sus manos en su espalda, arañandola, y la otra en su cuello, aferrándose hacia el.
