4

1.3K 43 11
                                    

Estaba picando marihuana para armarme un porro. Me encontraba en un after, bastante pinchado ya. Pero Matías me invitó y no me pude negar. No sabia donde estaba Enzo, ni tampoco me gaste en buscarlo. Sólo quería terminar de armar el faso.
Paso mi lengua por el papelillo, acomodando el relleno con mis dedos lentamente y por fin lo cierro. Para posarlo en mis labios y prenderlo una vez por todas.

—Dame una seca, gila.

—Que gede sos, Matias. -Le tiro el humo por la cara y se lo paso. Este me sonríe.- Feo que sos.

—Ay, todo porque no soy Enzo. -Pone el faso en sus labios dándole varias caladas, y me lo devuelve.- Por cierto, ¿Dónde está?

—Ni idea. -Inhaló y exhaló el humo por mi boca y nariz.-

—Tenes que dejar de consumir esto, hace mal. -Me quita el porro de la mano y le da varias caladas una vez más, y nuevamente me lo pasa.-

—Déjate de joder Matías.
A lo lejos lo veo a Enzo, buscando a alguien con su mirada. Hasta que se encuentra con la mía, me mira expectante y una mueca de enojo se visualiza en su rostro. A paso apresurado se dirige hacia donde estamos nosotros.

—Viene tu príncipe azul. -Dice Matias entre risas, el porro ya le había pegado a este. Flojito.-

—Dame eso. -me quita el faso de la mano, tirándolo al piso y pisándolo varias veces. Lo quería matar a este.-

—¿Que haces, boludo? -Me levanto de dónde estaba sentada y le hago frente. Mirándolo fijo.-

—Vos qué haces consumiendo estas porquerías, ¿Sos estupida? -Abro mis ojos sorprendida ante su falta de respeto hacia mi. Que nunca la había tenido.-

—¿Pero a quién te comiste vos? Payaso. -Golpeó su pecho separándolo de mi. Se me había acercado y estaba lo suficiente enojada cómo para tenerlo así.-

—Vamos a casa, dale. -Me agarra del brazo arrastrándome hacia la salida. Intente forcejear pero lo único que conseguía era hacerme mal por la presión que él estaba ejerciendo.-
Me subo al auto, todo esto bajo presión de Enzo, y el mismo se encarga de ponerme el cinturón y cerrar la puerta. Para luego subirse en el asiento de piloto.

—¿Te parece tratarme así? -Su mandíbula estaba tensa, su mirada enfocada en el camino y se notaba su expresión de enojo.-

—Hablamos en casa.
Y así transcurrió todo el camino. Con una intensidad casi palpable. Enzo no me dirigió la mirada ni la palabra hasta que llegamos al departamento. Dónde Ada y Uma nos esperaban ansiosas. Pero se venía terrible quilombo.

—¿Hace cuánto estamos juntos? -Voltea con sus manos posadas en su cadera. Mirándome fijo, sus ojos se tornaban oscuros, se perdía ese colorcito claro y el brillo que tenían al verme. Dejo mi campera en el sillón. Tirándola por ahí. Y apoyo mi espalda sobre la pared fría. Teniéndolo a él enfrente.-

—Dos años.

—¿Cuándo empezaste a fumar? -lo miro confundida, no entendía dónde quería llegar.-

—A los 17.

—¿Cuantos años tenes?

—23, Enzo.

—Hace dos años, tirando a tres, me habías dicho que habías dejado de fumar... -Se acerca al sillón y agarra mi campera con sus manos, se me bajo la presión.- Pero resulta que no, me mentiste. -Mete una de sus manos en el bolsillo, sacando el picador, papelillos y una bolsita donde había más marihuana.-

—Fue esta noche nomas. Da lo mismo. -Me volteó para irme a nuestra habitación, la conversación me abrumaba y más el no poder tener la razón yo. Sabía que estaba al horno y que Enzo tenía razón.-

—Las cosas no son así, y lo sabes. -Me agarra del brazo, sin ejercer fuerza, sólo me tira para atrás haciendo que mi cabeza choque con su pecho. Podía  sentir su respiración pesada, y un suspiro cansado se escapa de sus labios.- Sólo... Quiero que dejes de mentirme y si se te hace difícil todo esto podemos transitarlo juntos... -Deposita un beso en mi cabeza, me doy vuelta para verlo y lo abrazo. El gustoso me lo acepta, fundiéndonos en un abrazo lleno de amor.-

—Perdón por tratarte mal. Yo te amo. -Susurro sólo para que él me escuche. Y me aprieta aún más con su cuerpo, dándome a entender que estaba perdonada.-

—Te amo más. -Me agarra de la nuca, empujándome suavemente para que nuestros labios choquen. Y fundirnos en un beso desesperado y extasiado por todo.- Un olor a porro tenes. -Sonrió ante eso y vuelvo a buscar su boca, tironeando de sus labios y escuchó los pequeños quejidos de Enzo.-
Enzo toma mi mano y se separa de mi. Confundida lo observo, hasta qué pasa mi mano por todo su abdomen. Bajando a su miembro, sabía lo que quería. Depósito un beso en su boca y le quito la remera. Dejándole besos en todo su abdomen, podía sentir los gruñidos de Enzo en mi oreja. Y cómo me sujetaba el cabello apretándome debes en cuando.
Comienzo a bajar mis besos hasta llegar a su miembro. Le bajo el pantalón lentamente y este se desespera sacándolo con prisa. Sonrió ante eso.
Dejó unos besos alrededor de su miembro, mirándolo. Tiraba su cabeza para atrás y varios jadeos salían de su boca. Con solo verlo me mojaba.
Meto su gran miembro en mi boca, y este me empuja la cabeza bruscamente para sentirlo todo. Me dieron arcadas pero pude controlarlo y seguir con lo mío.
Con mis manos masajeaba lo que en mi boca no entraba. Y Enzo podía jurar que estaba en el cielo, tenía su boca entreabierta, su miembro palpitaba en mi boca, una fina capa de sudor se posaba en su marcado abdomen. Era perfecto.
Saco y meto su miembro a mi boca, escuchándolo gemir con desesperación y puteandome bajito.
Después de unas estocadas más que el me daba mientras me sostenía el cabello y podía sentir todo el contenido caliente en mi boca, hago que Enzo me mire y me trago todo. Para luego pasar mi lengua por mis labios.

—Te amo, chiquita. -Me acaricia la cabeza con una sonrisa y no pude evitar sonreír. No dábamos más.-

,
.
.
.
.
.

Holaa, no se olviden de votarr y saben que si quieren algún pedido personalizado escucho propuestas.🫶🏻
Gracias por el apoyo.
Aguante vos.(El faso)
♥️

One Shot [Enzo Vogrincic.] Where stories live. Discover now