ℌ𝔦𝔯𝔞𝔢𝔱𝔥 | Un término galés, para una profunda nostalgia por un lugar, en el que nunca se ha estado.
𝔈𝔫 𝔡𝔬𝔫𝔡𝔢.... "Adora Yvonne Bell, una joven bruja, que llega a Forks luego de que por ciertas cuestiones abandona Los Ángeles, para poder...
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───𝐒𝐀𝐁𝐄𝐒... 𝐏𝐎𝐃𝐑𝐈𝐀 𝐃𝐄𝐋𝐀𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄 con un maestro por fumar de forma tan descarada. ―Leon mira hacia abajo en las gradas; con sorpresa en su rostro, topándose con la mirada de Adora, quien le sonreía. ―Al menos que tengas fuego, para compartir.
Ella levanta sus dedos, mostrando el cigarrillo atrapado entre estos dos, la mirada de Leon se posa en ella antes de hacer un gesto con su cabeza, para que suba y eso hace a paso lento, las gradas estaban húmedas y no necesitaba una caída por estas. Pero la suerte no estaba con ella, ya que resbalo, pero ni siquiera llego a caer cuando sintió como una fuerza invisible la sostenía y la ponía de vuelta recta, sobre las gradas.
―Torpe. ―murmuro el castaño, mientras cerraba su puño, cuando ella se estabilizo. ―¿No deberías estar en clase?.
―Llegue tarde y la profesora me dejo afuera, así que decidí caminar un rato y te vi. ―dijo mientras se sentaba a su lado. ―Pensé que no usaban la magia en público.
―¿Deseabas que te dejara caer? Porque puedo empujarte si lo deseas. ―él le dio una calada a su cigarrillo, antes de pasarle su encendedor. ―¿Quién te hecho de su clase?.
―La de literatura, canosa, lentes y con un labial vino horrible ya que parece más negro, que un tono vino. ―explico mientras encendía el cigarrillo. ―Gracias.
―Se quien dices, la señora Cooper y te recomiendo no hacer enojar, es bruja y usa magia en sus clases a veces cuando hay exámenes, pero antes de que me digas que está prohibido usar magia en público, ella es amiga cercana a uno de los Ancianos.
―Que hipócritas.
―Nadie es tan idiota, para no usar sus amistades para hacer lo que se le plazca.
Soltó el humo que retenía, mientras volvía a ver a Leon. ―Mi primo y tú son amigos desde hace mucho, ¿No?.
―Desde que somos niños, lo somos los tres, Cassiel, Finn y yo... ¿Por qué?.
―Necesito saber que sucedió entre Edward Cullen y mi primo, sé que hay algo, pero él no me lo dirá y creo que tú podrías iluminarme.
―¿Y si no quiero?.
Una sonrisa se formó en sus labios, mientras daba otra calada a su cigarrillo antes de soltar el humo, poso su mirada en el bosque que rodeaba a la escuela, antes de recargarse en las gradas.
―Buscare otro método, pero se nota que algo grande paso porqué me regaño por hablar con Jasper Hale, más que mi propio tío.
―Hmm... está bien, paso cuando ellos llegaron a Forks, se nos avisó de la llegada de ellos y que debíamos tener cuidado. ―comenzó a contarle. ―No sabíamos que ellos tenían sus "dones", Edward Cullen puede leer las mentes de las personas, pero no es capaz de pasar las barreras nuestras.
