▪︎ SEVENTEEN

468 38 0
                                    

[ATENCIÓN: en este capítulo se muestran conductas violentas, aviso de sensibilidad]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[ATENCIÓN: en este capítulo se muestran conductas violentas, aviso de sensibilidad]

El peor castigo

El sol del amanecer bañaba la cúpula de la Isla de los Perdidos. Sin embargo, eso no hacía que Hela sintiera menos miedo, menos asco o menos pánico.

La limusina real llegó allí. Entraron por una zona apartada. Dejaron que Hela saliera y le quitaron las esposas. Ella sintió su propia aura apagada, como si no encontrara conexión allí en la Isla. Miró a su alrededor. Mientras los guardias volvían a entrar en el coche. Hela acarició su anillo de calavera mientras los veía marcharse.

Caminó apenas unos metros hasta el centro Norte de la Isla. Seguía tan frío y tan solitario como siempre. Hela recordaba los duros inviernos allí y le tembló todo el cuerpo sabiendo que lo pasaría peor que nunca.

—Hela.

Una voz fría, dura; letal. Ni siquiera le hacía falta gritar para hacerse ver. Un susurro bastaría para atemorizar a toda la Isla de los Perdidos.

Hela elevó la mirada y allí estaba. Imponente, terrorífica: Maléfica, su madre. Ella le hizo una seña para que subiera.

Hela tragó saliva. Se dirigió a la puerta de acceso y subió con las piernas temblorosas. Cuando llegó a la cima, vio a su madre sentada en su silla de espalda alta con su cuervo Diablo en su mano posado. Ella se acercó a la bruja.

—¿Dónde has estado?

—Por ahí...

—¿Con tu... padre?

—Claro.

—¿Y por qué Hades ha venido aquí para exigirme tu regreso?

Hela se quedó callada. Maléfica se levantó.

—Hija mía —se dirigió hacia ella lentamente—. Dime la verdad o será peor.

Hela elevó la mirada débilmente.

—Estuve en Áuradon, madre —contó, mientras Maléfica la miraba tensa—. Salí tras un suceso excepcional... No hay opciones de que se repita.

—Pudiste haber robado la varita —afirmó Maléfica con la mandíbula tensa—. ¡Pudiste habernos salvado a todos!

—¿Salvarlos de qué? ¿De tu demencia?

Maléfica golpeó a la chica en la cabeza con su báculo. Hela cayó al suelo y se tocó la frente.

—¡Podrías haberme sacado de aquí! —exclamó furiosa, dando un golpe a la chica—. ¡Eres tan débil con Hades! ¡Siempre pensando en el bien de los ingenuos fuera de esta asquerosa Isla!

|| Always || Carlos de Vil [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora