Merlina estaba teniendo un buen día.
Casi todos los estudiantes habían tomado el primer bus a Jericho apenas comenzó la mañana, lo que significaba que podía trabajar en su novela con mayor tranquilidad. Al menos, hasta que Enid llegara a la habitación.
San Valentín era posiblemente el festivo que más odiaba. Las decoraciones rosadas fosforescente colgadas por todo lados y los intentos de las marcas de ofrecer algo para hacer entre pareja la irritaba.
Y si lo empalagosos que sus padres se ponían durante esta fecha la cansaban, era peor aún haber tenido que soportar el año anterior a Enid y Ajax en su habitación porque al parecer no había un lugar mejor para reunirse que la cama de Enid. Al menos este año, después de la ruptura entre ambos durante verano, no había gorgon el cual iba a arruinar su día con su presencia molesta.
Además, de la eliminación del novio de Enid de su vida, la paz que daba Nevermore sin estudiantes era perfecta para poder concentrarse en su trabajo.
Así que eran solo ella y su máquina de escribir preparados para llegar al capítulo dos de la segunda saga de Viper de la Muerte.
Shush.
Merlina aplasta la tecla incorrecta antes de caer al suelo. Algo se hunde en su pecho, el dolor punzante estalla en su pecho como fuego, forzandola a expulsar todo el aire que tenía en sus pulmones.
Lucifer, ¿en serio así es como voy a morir?
Por un momento piensa que finalmente Thornhill escapó de prisión para acabar con ella y apuñalarla por la espalda. Han pasado dos años y aún el pensamiento le llena de pánico.
¿Dónde está Enid? No tuvo que haberle dicho que quería la mañana para escribir.
Merlina pasa solo unos segundos más en agonía arrepintiendose de todo, hasta que el dolor se disipa como si nada hubiera pasado.
Confundida, se sienta y revisa su pecho. Merlina lo reconoce en seguida, horrorizadose al darse cuenta lo que tiene incrustado en la piel porque si pensaba que morir por Thornhill era terrible, esto es mucho peor.
No hay un borde de un cuchillo frente a ella, ni una espada, ni cualquier otro objeto que pensó encontrar.
Justo dónde se supone que late su corazón, hay un pedazo de flecha de oro que la atraviesa desde el otro lado de su cuerpo. No hay sangre, ni dolor y la punta de la flecha es de color rosa.
Merlina traga.
Es una flecha de Cupido.
— ¡Hola! — alguien saluda melodiosamente, y Merlina tensa la mandíbula.
No.
No. No. No.
No le puede estar pasando esto.
Un silencio llena la habitación cuando Merlina se pone de pie, su mirada buscando frenéticamente confirmar lo que teme: que su peor pesadilla se ha hecho realidad.
Desde que era niña, su padre le contaba historias sobre su familia, repitiéndole innumerables veces que llegaría un día en el que la maldición de su familia se haría realidad. Merlina vivió atormentada durante años con la idea de que Cupido la despojaría de su autonomía, haciéndola depender de alguien más, todo porque alguno de sus antepasados había decidido engañar al demonio lujurioso.
Homero había dicho: "No te preocupes, así es como supe que tu madre era el amor de mi vida". Pero Merlina no quería descubrir quién era el amor de su vida, ni ser atrapada por una maldición que solo podía terminar en una vida como la de sus padres o en la locura del desamor.

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ALEJATE DE MÍ, CUPIDO ; wenclair
FanfictionSan Valentín llega a Nevermore y lo impensable le pasa a Merlina: una flecha acaba de atravesarla y lleva el nombre de su mejor amiga. Merlina hará todo lo posible para que Cupido no dispare la otra flecha, incluso si eso significa encadenar a Enid...