Problema

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Sukuna seguía harto. Y ahora que podía descansar en su habitación, escuchaba ruidos en la parte de abajo de la casa. Se asomó un poco para ver qué sucedía.

- Yuuji salió con Ozawa

-Lo sé, pero dijo que volvería pronto. Además, debemos empezar esto que es para el viernes y...

- Bueno, sabes que estás en casa. ¿Quieres algo de tomar? 

- Agua está - el sonido del celular de Choso interrumpió la plática - Aja. Sí. Claro. No te preocupes. Voy para allá - sonrió, ninguno de sus hermanos estaba en casa y Megumi estaría ahí - Lo siento, Megu, me tengo que ir. Estás en tu casa, por cierto, si quieres, Sukuna está arriba así - Choso era un idiota.

- No hay problema. Esperaré aquí a Yuuji. Ve tranquilo - Era su oportunidad. Se regresó a su cuarto a cambiarse o mejor dicho a quitarse su ropa. Esperaría un rato después de que su hermano se fuera y bajaría.

Megumi estaba en la sala acostado en el sillón cuando escuchó pasos en la escalera. Sabía quién era y, aunque no importará mucho, se levantó. Ahí estaba Sukuna. Sin ropa. En bóxer. Bajando la escalera.

- ¡Ah! No sabía que estabas ahí, Megumi Fushiguro. El mocoso no está. 

- Lo sé

- ¿Quieres agua? Solo vine por un vaso.

- Sí

Sukuna sirvió dos vasos de agua y fue a la sala a entregarle el vaso a Megumi. Sukuna sabía cuál era su problema. Estaba enamorado de ese chico. Ahora simplemente necesitaba enamorarlo. Con eso mataría dos pájaros de un tiro, lograría estar con el chico y deshacerse de Uraume. El problema era cómo podría enamorar a Megumi.

Le había gustado desde que lo conoció. Lo había visto como un mocoso indefenso y eso activó su sentido de protección que demostró burlándose de él. Un día vio que el chico le dio una paliza a un grupo que lo estaba molestando y en ese instante lo supo. Quería pasar el resto de su vida con Megumi Fushiguro. Ambos estaban en el equipo de judo por lo que se sorprendió al ver que en la preparatoria Megumi decidiera entrar a básquet Entonces, cuando lo expulsaron del equipo, supo de inmediato que era una señal divina para entrar a básquet y estar de nuevo junto a Megumi.

Megumi tomo el vaso que le ofrecían. Megumi sabía que no quería salir con nadie en particular, pero sí quería tener sexo. Ese era el principal problema. Sabía que podría tenerlo con cualquier chica que se le hubiera declarado, pero eso le hacía sentir mal, porque tendría que salir con ellas y luego de cumplir el objetivo, terminar con ellas y romperles el corazón. Sabía que sus intenciones no eran del todo puras, pero ese método era cruel. Además, quería algo un poco distinto en cuanto al sexo o a su primera vez. Por un lado, quería algo un poco rudo, además quería recibir, quería sexo con un hombre. Y ahí, frente a él en bóxer llegó la iluminación. Sukuna era perfecto para ello. A Sukuna no le importaba romper el corazón de otros o sexo salvaje de una noche. Solo era cuestión de que aceptara hacerlo con él, pero ¿Cómo?

Cómo Conseguir Una CitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora