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Su mente no paraba de gritar. Estaba enojado. Estaba excitado. Estaba en una crisis. Aún no tenía una respuesta. Durante esos días Sukuna no volvió a hablarle. No lo miraba. Ni siquiera lo veía. Nunca estaba, ni siquiera parecía verlo en los últimos entrenamientos.

Ese día debía darle una respuesta.

Por fin lo vio. Después de dos semanas sin acercarse a él. Lo vio. Era obvio que lo verías, pensó. Era el día del partido. Era el último partido que tendrían juntos. Ninguno quería ser jugador profesional. Y en él estaba el que Sukuna estuviera cerca de su familia o no. Sabía que al desaparecer de su vida no volvería tampoco a ver a su familia más que en contadas ocasiones. Porque Sukuna sabía que él nunca se alejaría de Yuuji.

Y ahí estaba, y Uraume venía detrás de él. Incluso escuchó que Uraume le decía que si terminaba solo, siempre estaría ahí para él. Cómo odiaba a Uraume. Sukuna solo chasqueó y Megumi pudo tranquilizarse antes del partido. 

Todas las emociones de ambos estaban en el partido. Estaban a mitad del partido, el entrenador los llamó.

- Sukuna y Megumi sigan así. No sé cómo lo han hecho desde el comienzo, pero no pierdan esa concentración ni esa conexión entre ustedes. Ahora estarán sobre ustedes más que antes, cuídense. Vamos a llevarnos ese trofeo. Chicos, lo están haciendo increíble. 

Sukuna miró a Megumi y sonrió. Megumi lo reto con la mirada. Megumi sabía que no importaba a dónde tiraba el balón, Sukuna estaría ahí para atraparlo. Sukuna sabía que cualquier pase hacia él Megumi lo haría con seguridad.

El partido acabó. Megumi alcanzó la mirada de Sukuna. Sukuna le sonrió y abrió los brazos. Megumi sin dudarlo, corrió a sus brazos. Sabía que no era el calor del momento. 

- Por fin eres sincero, Megumi Fushiguro.

- Nunca he podido mentirte.

Ambos se besaron sin importarles lo que pudieran pensar los demás.

- Sukuna ¿La sabías?

- ¿Saber qué? - Sukuna se acercó a su novio para arreglar su bufanda.

- El día del torneo. Sabías lo que haría ¿verdad?

- Eso fue hace casi seis años. ¿Por qué preguntas ahora?

- Solo responde

- Lo sabía desde que me enamoré de ti - le guiño el ojo.

- Sukuna - el tono ya empezaba a sonar molesto. Sukuna se rio.

- Te conozco bien. Esperaba que me dijeras que sí. Realmente no lo sabía, solo tenía fe. 

- ¿Cuando te... Cuando me ...

- Sí. Sabía que querías tener sexo conmigo. Sabía que eso era lo que buscabas, pero no podía hacerlo hasta que me aceptarás. - Megumi no tuvo de otra más que sonrojarse - Megumi Fushiguro, te conozco. Lo veía en tus ojos. La forma en que te quitabas la ropa. Todo fue parte del plan.

- ¿Plan?

- Tú también tenías un plan y resultó bien. Fue lento, pero salió bien. ¿Cierto?

- ¿Yuta?

- Claro. Cuando hablaste con él. Sabía que Uraume iría tras de ti. No sabía exactamente lo que le dirías, pero salió mejor de lo que pensé. 

- ¡Me amenazaste!

- Yo no lo diría así - dijo mientras acercaba sus frentes poniendo la mano en la cabeza de Megumi - fue un empujoncito

- Quería golpearte en ese momento y los días después de eso.

- ¿Resultó bien? No me hubiera importado, lo sabes - Megumi se acercó para besarlo tomándolo del abrigo.

- Supongo. Creo que al final no eres tan idiota. - Sukuna volvió a besar a Megumi.

Se fueron caminando tomados de la mano hacia su casa. Quizás el plan de Sukuna funcionó mejor que el de él. Pero viéndolo bien, aunque hubiese tardado, su primera vez fue en ese cuarto, fue rudo, gritó, lloró, y fue lo mejor. Fue lo que esperaba de una primera vez. Fue lo que quería que fuera su primera vez con Sukuna. Después de ahí, Sukuna fue con todo lo que tenía. No siempre era rudo, a veces era tierno, podía ver que para Sukuna él era la cosa más hermosa. Sukuna aceptó todo él, incluso su pedido para la primera vez que tuvieron, incluso su indecisión, siempre estaba ahí para él.

Sukuna estaba feliz de todo aquello. Si bien le sorprendió cuando Megumi le pidió que fuera duro esa primera, si bien no le molestó, quería hacerlo de la forma más amable para cuidar todo de la persona que más amaba. Pero le sorprendió que, cuando Megumi le había pedido que fuera él quien recibiera, lo tratara como una pieza de cristal.

A veces peleaban, pero sin importar lo que pasara, Sukuna confiaba en Megumi y sabía que Megumi confiaba en él de la misma forma. 

Cómo Conseguir Una CitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora