Experimentación

171 23 0
                                    

Sukuna nunca se bañaba con sus compañeros. Siempre era el primero o el último para no toparse con Megumi en las duchas. Pero ahora era un poco más difícil. Megumi siempre estaba ahí. Desde que estuvieron practicando juntos. Sukuna había estado enviando más mensajes a Megumi, le enviaba mensajes cuando estaba en el gimnasio. Al principio no esperaba que el chico fuera, pero siempre llegaba. 

Sukuna iba a utilizar esto para lograr ganar el corazón de ese chico. Intentaba ayudarle siempre con su encanto natural.

"Megumi Fushiguro si sigues así solo podrías jugar con niños de primaria"

Intentaba que viera su cuerpo en las duchas, algo complicado porque ver a Megumi le hacía querer arrinconarlo o tomarlo en sus brazos y nunca dejarlo ir, pero sabía que debía ir un poco más lento con él.

"Quiero hacerme un nuevo tatuaje. Así podrías tomarle una foto para tus fantasías"

Después de unos días, Megumi llegaba a la casa, con la excusa de esperar a Yuuji, pero siempre intentaba llegar cuando Sukuna estaba solo. Sukuna le cocinaba algo, comían juntos. Había veces en que peleaban. 

Sukuna había empezado a acompañar a Megumi a su casa después de las prácticas. Le regalaba cosas. Se había ofrecido a ayudarle con sus estudios.

Megumi sabía que necesitaba que Sukuna diera el primer paso. Por lo que empezó a pasar más tiempo con él. Las prácticas eran una gran excusa. En las duchas se cambia enfrente de Sukuna, intentaba que Sukuna viera su cuerpo. Aprovechaba cada momento para intentar tocarlo o que él lo tocara. Quería que el chico se acercara y simplemente lo hiciera contra la pared.

Siempre intentaba llegar a la casa de su mejor amigo cuando Sukuna estaría solo. Esa era su principal estrategia, cuando las duchas no funcionaron del todo. Estando en casa, empezaba peleas estúpidas para acercarse a él de modo que si se movían un poco, podrían besarse. Esperaba que Sukuna en el calor de la pelea, lo besará y lo llevará a su habitación. Ambos se veían a los ojos, después bajaban un poco la mirada. Notaba como Sukuna pasaba saliva por su garganta y se separaba de él y se iba a la cocina o a su habitación para después irse a su trabajo. 

Megumi se quedaba un poco más en la casa. Subía las escaleras y miraba la puerta del cuarto de Sukuna. Tenía una insana curiosidad por entrar ahí. A pesar de los años que llevaba conociéndose y de que Megumi iba ahí como si fuera su casa, nunca había entrado a esa habitación. Era el único espacio de esa casa que no conocía, y desde que empezó con esto era el lugar donde quería hacerlo. Tomaba el pomo de la puerta, pero nunca era capaz de girarlo, entonces suspiraba y se iba del lugar.

Cómo Conseguir Una CitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora