Capitulo 9.
Un Favor Y Una Deuda.
Después que Baltazar termino de contar lo que pasó, todos hicieron un brindis por la victoria de su rey, Elizabeth sonrió y toma asiento para unirse a ellos, aunque Baltazar fue directo y le pide hablar a solas.
Ella lo acompaña a una habitación de gran tamaño, los muros estaban cubiertos por algunas armas, escudos, cascos, cabezas de criaturas que solo los más fuertes logran vencer.
Pero entre sus premios y gran riqueza, dos de las armas sagradas eran su pináculo y bien más preciado, Elizabeth se acercó curiosa a cada artefacto que veía y no pudo evitar sentirse fuertemente atraída a las armas.
Hasta que la voz de Baltazar la saca de sus pensamientos.- ¿Que es lo que quieres?, no has venido de tan lejos para saludar y muchos menos para admirar mis riquezas, mi gente ya te conoce y saben bien, que una mujer como tu no vendría si no tuviera nada que pedir.
- En efecto mi querido Baltazar, pero eres el único loco que conozco capaz de hacer un encargo como el que te voy a pedir, mi hija ha estado entrenando especialmente para algo, hace poco el rey David ordenó asesinar a Ezequiel y mi hija a decidido buscarlo y traerlo ante mi como muestra de su fortaleza.
Pero nadie de mis soldados está dispuesto a acompañarla por miedo a tener que enfrentarlo, es poseedor de un arma sagrada y ella no tiene esa experiencia que tú y él tienen en combate.
Crees que tú, ¿Puedas ayudarla a buscarlo?.Pregunto Elizabeth mientras se acercaba seductoramente hacía él.
Baltazar no sintió nervios en ningún momento, seguía estoico, a pesar de las suaves caricias que recibía por parte de ella.- Acaso crees que soy un niñero, no pienso cuidar de tu hija, para empezar, que te hace creer que haré algo así.
Elizabeth dió una pequeña risa y rodeo con sus brazos el cuello de Baltazar, al mismo tiempo que le decía a su oído.
- Ya lo sabes, dije que vendría a pedirte un favor y ese día es hoy, si te niegas, ordenaré un ataque contra ustedes, mi hermana estará encantada de destruirlos, ¿crees que he venido sola a este detestable lugar?, yo te salve la vida es lo menos que puedes hacer por mí, además recuerda que pide haber acabado contigo cuando tuve la oportunidad, pero me eres más útil con vida.
Baltazar suspiro y no tenía motivos para negarse, había hecho un trato y debía cumplirlo.
- Detrás de ese bello rostro hay maldad después de todo, aceptaré
cuidar y ayudar a tu hija, solo con una condición, después de que ella cumpla con lo que quiere,mi deuda hacia ti será saldada.Dijo Baltazar mirando fríamente a Elizabeth.
- Acepto tu condición, pero si algo le pasa, toda la irá de nuestra nación caerá sobre ustedes y yo misma, seré quien acabe contigo, quedó claro.
Exclamo Elizabeth para después caminar hacia la puerta.
- Ella está esperando, sígueme, te la voy a presentar.
Ambos salieron y muchos de los soldados del ejército de la reina estaban custodiando el lugar, ella no mentía sobre la posibilidad de atacarlos si algo malo le pasaba, habían demasiados barcos y soldados en en todo el lugar.
Cuando llegaron al puerto, vio que del barco bajaba una bella mujer, con rasgos parecidos a lo de su madre.- Ella es mi querida hija y futura reina Atmora, te presento a Alcira, será mejor que la trates con respeto y sumo cuidado.
Baltazar la miro por un momento, ocasionado que Alcira se pusiera nerviosa.
- No parece tener experiencia en batallas, ahora entiendo por qué me has buscado, todos estos soldados de juguete tampoco podrían con Ezequiel y ella tampoco.
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Reyes Y Dioses La Venganza
FantasyUna historia de fantasía que narra los sucesos de una antigua y futura guerra.