Recapitulación de mis escritos
Advertencia:
Esta historia trata respectivamente multiships de este personaje:
- Itadori Yuuji (Itabowl)
Se pueden recomendar ships con la única regla de que uno de los integrantes sea Itadori
En el inicio de cada capí...
Personajes involucrados en la obra. Sukuna, Itadori, Mahito, Kenjaku, Gojo, Megumi, Nobara, Jogo, Hanami, Dagon, Junpei.
Temática tratada durante la historia. Abuso infantil, violencia física, tortura, muerte de uno de los personajes, canibalismo, mención distorsionada de la religión, menores de edad.
Sinopsis. Yuuji, un niño huérfano, es entregado a Sukuna como una ofrenda.
EN ESTA OBRA NO SE BUSCA LA IDELIZACIÓN, CONCIENTIZACIÓN O PROMOCIÓN DE ESTE TIPO DE ACTOS, UNICAMENTE ES REALIZADA CON FINES RECREATIVOS BUSCANDO EL ENTRETENIMIENTO, SI NO ES DE TU AGRADO ESTE TIPO DE CONTENIDO, TE INVITO A RETIRARTE PARA EVITAR DISGUSTOS, GRACIAS.
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Con sinceridad, la primera vez que escucho aquel nombre no sintió nada en absoluto, tenía alrededor de unos siete años cuando en el colegio religioso en el que se encontraba, a causa de quedar huérfano a una temprana edad y que una iglesia lo acogerá en su institución, comenzará a enseñarle esa clase de conocimientos un poco tétrico para los niños de su misma edad, es decir, ¿Qué clase de convenio creyente de una deidad le enseñaba a sus alumnos, quiénes apenas estaban en una fase de crecimiento, sobre los demonios del bajo astral? Bueno, después aprendió que así no se llamaban, se les colocó el nombre de maldiciones, pero no nos adelantemos mucho a la historia.
Sukuna Ryomen el demonio de doble cara fue así como lo conoció junto con un par de imágenes algo grotescas las cuales provocaron a la mayoría de los jóvenes que se encontraban en ese lugar salir corriendo a los baños para saciar todo lo que su estómago tenía en su interior, todos menos Itadori, él estaba fascinado por la increíble historia que relataba el gran camino como hechicero que ese sujeto realizó durante varios años antes de caer en la tempestad de su locura y sucumbir en sus propios pensamientos para renacer con su última voluntad en una maldición. Gracias a su gran fuerza sobre todas las determinadas categorías especiales, él fue nombrado el rey de las maldiciones, los tutores de turno creyeron que con eso asustarían al niño de cabellos rosas delante suya pero grata sorpresa de ver un brillo en sus ojos más que interesados en el tema.
En ese instante entendió que no debía sentirse así por alguien como él.
Paso un día entero en aquella habitación tan pequeña que solo lo dejaba estar de pie sin poder tomar o comer algo, siquiera hacer sus necesidades terminando en un accidente que le trajo otro castigo en esa primera ocasión, él odiaba ese lugar, olía horrible y era totalmente lóbrego cosa que detestaba ya que le tenía miedo a la oscuridad desde ese día en que suspadres se fueron de su lado. Lastimosamente no fue la única vez que terminó en ese sitio, se culpaba a sí mismo por su terquedad además de curiosidad insaciable que le hacía meterse en la biblioteca del instituto en plena madrugada a buscar información de aquel ser tan misterioso, pero a su vez sorprendente terminando en muchas ocasiones en un desastre al ser atrapado en sus movidas. Se arrepentía siempre cuando estaba en esa terrible recamara llena de oscuridad pero a pesar de sus regaños hacia él mismo, siempre volvía a hacerlo, una y otra vez, no le importaba las veces que estuvo ahí, tampoco cuando iniciaron a golpearlo con una vara de madera al finalizar su estancia en esa habitación después de estar horas o días ahí, o la falta de alimento provocando desmayos en varias ocasiones, ni cuando lo marcaron con ese artefacto de hierro caliente usado para el ganado el cual años después aprendió que se llamaba Yerra, jamás le importó ya que seguía regresando a ese lugar pulcro lleno de libros buscando por todos lados los manuscritos que ocultaron de esa maldición, inclusive allanó la oficina de los curas provocando que sus pies fueran quemados por una plancha de metal en esa ocasión.