La textura de vinilo que vestía el sofá donde Alinoshka permaneció sentada, no ayudaba en realidad a darle un poco de calidez a su estadía en esa fría y oscura oficina.
Permaneció pasible, con su atención atravesando el cristal por el que apreció con tristeza un clima que parecía compartir su emoción decaída. Había un pequeño invernadero que, de alguna manera, le daba una sensación de añoranza y nostalgia.
No hacía mucho tiempo que los detectives Zwart y Hart la dejaron en el Hospital psiquiátrico que se encontraba a las afueras de la ciudad. Ubicado en una zona rodeada de bosque, donde únicamente se podía acceder en auto, y una vez traspasado el enorme portón que limitaba la propiedad rodeada de un alto muro de piedra, había que caminar aproximadamente dos kilómetros hasta las instalaciones.
El doctor Ihar, se encontraba en otro diván frente a ella, analizando con detenimiento, pensativo y fascinado a la vez, la quietud que mostraba su paciente recién llegada.
—¿Sabes por qué estás aquí? —cuestionó finalmente, rompiendo el silencio sin recibir respuesta alguna.
Que algunos pacientes permanecieran callados, era muy habitual y él lo prefería así, pues muchas veces la demencia y sus diferentes trastornos los mantenían en completa euforia, se volvían inquietos, agresivos y peligrosos; todo un problema. Pero con ella no. Con ella era diferente.
El psiquiatra estaba seguro de que ella no había llegado allí por mera casualidad, no. Todo tenía un porqué, y quería averiguarlo. Había mucho por descubrir.
El silencio se interrumpió una vez más, ahora por los golpes a la puerta.
—¡Adelante! —ordenó el doctor sin interrumpir su concentración, manteniendo ambos codos sobre el posa brazos del mueble donde se encontraba sentado—. ¡Está abierto!
—Doctor, el paciente regresó —avisó el enfermero que asomó tras abrir la puerta.
—¿Volvió por su propia voluntad? —cuestionó el hombre de fría y dura mirada, obteniendo una afirmación del enfermero—. Esperen afuera, si los guardias aún no regresan, llámenlos y avisen de la situación. Que realicen un reporte, más tarde lo analizaré.
Tras cerrar la puerta, el doctor suspiró para después colocarse de pie. Ella, sin apartar la mirada, observó de pronto a un niño que corrió con diversión cerca del invernadero. El infante parecía feliz, hasta que de pronto se detuvo para mirar hacia la ventana donde se encontraba ella. Sus ojos se abrieron tanto como pudieron y su corazón trabajó al doble, provocando calor en su cuerpo al bombear con tanta rapidez la sangre que corría por sus venas y cada arteria en su interior.
—¿Alex...? —Soltó un repentino susurro que sintió extraño al salir de su garganta, y que la detuvo de golpe al incorporarse tras ver la pequeña figura.
Habían pasado dos días desde lo ocurrido en el hospital. Los doctores lograron detener el sangrado a tiempo, pero un día después, ella despertó repentinamente, consternada y alterada, gritando sin parar hasta quedarse casi sin voz, al tiempo que trató de quitarse los vendajes sin importar reabrir la herida. Un sedante la mantuvo quieta y sin posibilidad a volverse a lastimar.
Que ella despertara nuevamente en un estado pasible, le permitió el pase al lugar donde sería tratada por protocolo ante su intento de suicidio.
Pero su propia voz no solo la frenó, sino que captó la total atención del hombre sexagenario que ya se encontraba dando pasos taciturnos hacia ella.
—Al fin dices algo, es un avance —mencionó con precaución.
Estaba enterado por supuesto de las reacciones previas de Alin, y la estabilidad de la chica era hasta el momento impredecible. El hospital que la atendió la dio de alta para deslindarse del problema. Al ser un pueblo pequeño, corrían muchos rumores, y la mayoría provenían de supersticiones. Tener a una presunta criminal y encima pirómana, no era algo con lo que el hospital quisiera lidiar, mucho menos ponerse en riesgo de ser cierto que ella fuese la responsable del incendio.
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El piso de las libélulas |Pasados Ocultos I | En proceso
Mistério / SuspenseElla no sabe cómo es que terminó en un sanatorio mental. No recuerda su nombre, su edad ni de dónde viene. Lo único que recuerda es a Alex, pero ¿quién es Alex y por qué es al único que recuerda?