6 - Después de la cita (Agustín/Enzo)

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Había estado sonrojado todo el camino de vuelta en el coche de Agustín.

Los límites en su relación con Fran y con Agustín se estaban difuminando, lo habían estado haciendo por un buen tiempo. Incluso desde antes de su celo.

Miró al alfa que conducía con calma -él nunca lo pondría en peligro, mucho menos a su cachorro por nacer- a su lado y definitivamente sentía algo por él que antes no estaba ahí. Agustín era hermoso, cualquiera que tuviese ojos lo vería, pero era su interior lo que lo hacía amarlo. El alfa nunca había sido más que amable con él, respetuoso, cariñoso, tierno...

"Incluso yo quisiera tenerlo, que ofertón" sintió ese pensamiento en su cabeza, pero no era suyo. Matías. Sonrió.

"Podés tenerlo, si querés" le contestó mentalmente a su compañero "Algo me dice que él estaría dispuesto a experimentar".

"Puede" fue el último pensamiento divertido de su compañero que lo invadió.

Estaba sorprendentemente tranquilo para volver de una cita con un alfa que no era el suyo. Claro que también podría estar o no llevando un cachorro en su vientre de ese mismo alfa, así que bueno, igual no era para tanto.

"Todo queda en manada, precioso" rió Fran en su mente, y se sonrojó.

Antes de darse cuenta habían llegado a casa. Agustín bajó primero y después fue a abrirle la puerta para ayudarlo a salir, tendiéndole su brazo. Tan caballero como siempre, ¿cómo no lo iba a querer?

Tomó el brazo que le ofrecía el alfa y, sin saber qué fue lo que lo impulsó a hacerlo, lo besó de nuevo. Agustín aceptó y correspondió su beso de buena gana, abrazándolo bien cerca.

–Mmm si esto es lo que obtendré a cambio, te llevaré a citas todo el tiempo, precioso –murmuró el alfa sobre sus labios.

Agustín buscó sus labios de nuevo y él se los dio, compartiendo besos más intensos con el alfa. 

–Vamos dentro, precioso.

Dejó que el alfa tomase su mano delicadamente y se dirigieron a la entrada principal. Enzo se sentía ligeramente ansioso, sentía claramente lo que ambos deseaban hacer, pero a la vez sentía que no era correcto.

"Lo que sientas que querés hacer, hazlo, chiquito. Estará bien"  Matías de nuevo en su mente. Dios, quería casarse con ese alfa y tener veinte cachorros suyos.

"¿Estás seguro?"

"Tanto como de que sos el amor de mi vida. Solo disfruta, mi amor"

Amaba a Matías, definitivamente lo amaba. Pero no era el único por el que tenía sentimientos románticos y lo sabía. Vibraba cada vez que Fran lo besaba en los labios y cada vez que Agustín lo abrazaba como si le fuese la vida en ello.

–Enzo ...

Hablando del alfa, este lo abrazó contra su cuerpo y dejó besos en su frente y mejillas.

–Quiero volver a besarte, precioso –le confesó en voz baja– ¿Me dejarás hacerlo?

–Sí –contestó sin dudarlo y al instante sintió aquellos labios suaves encontrarse con los suyos. Amaba que Agustín siempre pidiese su consentimiento, incluso cuando estaba más que implícito.

El alfa lo besó más intensamente y él dejó que lo hiciera, sintiéndose flotar. En algún momento acabó apoyado contra la pared con el cuerpo del alfa cubriéndolo y apretándolo contra él. Sintió como Agustín tenía cuidado de no apoyarse en su abultado vientre y lo amó más por ello.

The scent [Matienzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora