Our child *Johnlock*

I

Mintió. No estaba felíz por la boda de John. Diablos, si tan solo le hubiera dicho sobre que fingiría su muerte tal vez John no habría conocido a Mary. y menos le habría propuesto matrimonio...

Amaba a John, lo amaba profundamente, pero nunca supo como demostrarlo, pero era muy tarde ya, el amor de su vida ya había encontrado al suyo, y en ese mismo momento se estaban casando.

Nunca le dijo a su amigo sobre lo que sucedió aquella noche en la que se habían emborrachado para la despedida de soltero de John. Solo contó lo necesario; bebieron en cada bar en donde habían resuelto u ocurrido crímenes, hablaron babosadas y se metieron en un crimen en donde Sherlock había terminado por volcar todo lo que había bebido en la escena del crimen, pero había callado el hecho de que aquella noche igualmente había tenido su primera vez con el doctor Watson... esa vez... nunca se había sentido tan amado por alguien a quien amaba devuelta, lo recordaba con detalle; recordaba cada beso, cada caricia y cada toque, pero aquello le jugaba en contra, lo entristecía, pues sabía que no volvería a sentirse así de amado por el rubio.

Ahí, con el corazón roto, miraba en la fiesta de la boda a todas las parejas bailando en la pista de baile. Diablos, ni si quiera tenía a alguien con quien bailar, y a él le encantaba la danza, por lo que, al ver que nadie era consciente de su soledad, decidió irse temprano de la celebración. Mientras caminaba por las ya oscuras calles de Lomdres se puso su chaleco largo de siempre, empezando a derramar finas lagrimas de tristeza ante todo lo que ocurría; sabía muy bien que no encontraría a alguien más que lo amara tal como era, ni si quiera era capaz de formar amistades, puesto que John simplemente llegó solo a su vida, y Sherlock no se sentía capáz de hacer lo mismo, igualmente teniendo en cuenta que la gente suele tacharlo como alguien raro a quien no deben acercarse. El mareo comenzaba a hacerse presente en su cabeza, haciendole tambalear ligeramente y detenerse a tomar aire para intentar reincorporarse y continuar con el camino a Baker Street, pero la sensación había decidido acompañarlo por gran parte de su tiempo, por lo que soltó un bufido, llegando al poco rato a su apartamento. Esperaba que la señora Hudson lo recibiera y viera llorando para poder al menos desahogarse como nunca lo hizo, pero eso no sucedió, puesto que la señora que tenían como casera estaba en la boda de John.

La sensación de mareo que persistía en su cabeza junto al extraño agotamiento que empezaba a poseerlo le hicieron decidir irse a dormir, cayendo de golpe a la cama sin si quiera esforzarse en buscar una posición cómoda para finalmente caer en brazos de morfeo y transformarse en un montón de ronquidos.

No recordaba haber tenido algún sueño en específico. Unos movimientos lo despertaron junto a una voz conocida. Mierda, esa voz...

----Sherlock, te has ido muy temprano ayer, ¿A qué se debe? ----sí, era John, el cual parecía estar algo confundido, preocupado, y a la vez aliviado.

----¿Jawn? ----balbuceó con pereza mientras reaccionaba de manera adormilada a los estímulos ajenos ----ah... te dije que las bodas no son lo mío... ----intentó responder la duda de su amigo mientras sentía una extraña y desagradable sensación de nauseas.

----Cierto... se me había olvidado eso. ¿Cómo estás? ----preguntó mientras miraba a su contrario.

----Como siempre. Deberías de estar con Mary...

----Ya volveré con ella, cuidate ----dicho esto, el más bajo se retiró del apartamento.

Apenas el lugar estuvo vacío Sherlock corrió al baño a vaciar sus náuseas que ya lo molestaban Se sentía más agotado de lo usual, y tenía ganas de llorar. Acabó con sus náuseas con rapidez, lavandose los dientes mientras volvía a pensar en lo ocurrido aquella noche. Maldita sea, lo extrañaba, para colmo se había ilusionado porque John se le había declarado borracho. Quiso deducir al menos para saber si aquello que le había dicho John era cierto, pero su cansado cerebro no le permitía pensar muy bien.

[🧸]

   Los constantes antojos y hambre que tenía encendieron la alarma de su mente por saber que le estaba sucediendo a su cuerpo. Nunca se enfermaba, ¿Qué le estaría pasando ahora? El colmo fue cuando el olor a cadaver le hizo volcar todo, por lo que decidió tomar la gran desición de ir a visitar un medico que no fuera el Doctor Watson.

Le hicieron exámen tras exámen, puesto que Sherlock no parecía tener alguna enfermedad que le estuviera causando aquello. Pero al final del día los papeles médicos le revelaron lo que tenía.

Tres semanas de embarazo.

Releyó el nombre del paciente. Mierda, decía Sherlock Holmes. Probó revisando los exámenes que le habían hecho, y estos eran los mismos, por lo que probó por preguntarle al médico que había visitado.

----Esto es raro de ver ----admitió el profesional ----pero lo que está presentando sí corresponde a lo que parece ser un "Embarazo masculino", lo cuál ocurre si un individuo del sexo masculino presenta la gestación de un embrión en un útero ----escribió algo en un papel que luego le entregó al confundido detective ----le recomiendo ir con esta ginecologa, la cual lo guiará con mayor claridad en este tema. Tenga un buen día.

Salió de la consulta con unas cuantas lágrimas en los ojos y con una confusión y terror que lo atormentaban. ¿Él? ¿Embarazado? ¿Cómo? Para colmo, la única persona con la que había tenido sexo era John, cosa que dejaba en claro que él era el padre del frijolito que crecía dentro de él.

Escondió los papeles en su chaleco y corrió hacia Baker Street intentando lucir lo más normal posible para evitar preguntas. La señora Hudson obviamente le preguntó que en donde estaba, pero se excusó con que solo no debía entrometerse. Se echó a la cama a llorar sin antes cerrar la puerta con seguro, preguntandose qué debía hacer. Se acomodó boca arriba, intentando calmarse mientras respiraba hondo. De manera automática su mano derecha se dirigió a su vientre, dejandola ahí mientras soltaba diminutos sollozos que esperaba que nadie los escuchara.