Narrador omnisciente:
Hainne sentía el sudor cubrir sus manos y el latir desbocado de su corazón, la mirada sombría de Christian sobre ella la hacía sentir como si ella fuera cometido el peor pecado del año y la mirada incrédula de la señora Rebecca le tenía los nervios colgando en un hilo, toda esa situación la estaban haciendo sentir mal como si de verdad fuera estado haciendo algo malo y no lo que se siente cuando se sale con un amigo de la infancia.
Tomó un respiro para responder pero las palabras de Iams la dejo más pasmada de lo que ya estaba, como si eso no fuera posible.
- Mucho gusto señores y señora - dijo Iams haciendo un asentamiento de cabeza - Mi nombre es Iams Petrovick amigo de la infancia de Hainne - dijo la palabra amigos y le supo amargo pero no sé iba a detener - Señor Christian si conociera a su "prometida" sabría de ante mano quien soy yo en la vida de ella y lo que represento.
Stefano apenas escucho la respuesta de Iams supo que era un rival en potencia para su nieto con referencia a Hainne eso le hizo reemplazar ciertas cositas que tenía pensado llevar a cabo pero que con la llegada de este joven ciertas cosas se iban a cambiar, ya tenía una meta y no la iba a aplazar por sentimientos del amigo de Hainne que no tiene los cojones para afrontarlos y expresar abiertamente lo que siente por ella
- No te creas tanto - dijo Christian dándole una mirada despectiva, ya que no dejaba de darle miradas fulminantes - Eres el simple amigo de mi prometida y futura esposa eso lo tengo más que claro Iams aunque no te lo tomes a mal pero - dijo haciendo una pausa para fijar la mirada en la mujer que se apretaba de forma ligeras sus manos y eso lo hizo formar una sonrisa maliciosa - no creo que representes mucho en la vida de ella porque nunca te a nombrado para ser sinceros.
Iams contuvo la respiración y apretó los puños, Hainne se dió cuenta de lo tenso que se puso su amigo y para hacerlo entrar en razón le colocó la mano en el antebrazo haciendo que los presentes de la mesa se fijarán en ese gesto, ambas personas tenían distinta perspectiva sobre lo que realmente pasaba, Christian estaba ardiendo en irá ya que para él era bien claro que Hainne quería controlar el ataque de irá que iba a tener su amante mientras que Stefano estaba más curioso que nunca al ver la forma sutil que Hainne ejercía para distraer los pensamientos de ese joven y Rebecca estaba sorprendida porque pensó que Hainne no tenía enamorado y no lo pensaba porque ella fuera poco agraciada al contrario era toda una belleza y recordó la vez que iban el coche cuando lo nombro aquella vez en la cena fallida.
- Señores Lombardii, no sé si recuerdan que hace un tiempo les dije de mi amigo Iams - dijo Hainne dándoles una sonrisa un tanto nerviosa - Y en cuanto a tí Christian no tuve la oportunidad para hablarte de Iams ya que en la primer cena que tendríamos pues surgieron ciertos acontecimientos que es mejor no nombrar.
- Claro linda ya recuerdo que lo nombraste - dijo Rebecca ya que vió la intención de su nieto a decir algo, que seguramente no iba a ser nada bueno - Pero por favor tomen asiento.
- Nos disculparán pero ya nosotros tenemos una mesa apartada - dijo Iams haciendo que Stefano levantará una ceja, Hainne noto ese gesto en él y la puso nerviosa ya que no quería que pensaran que era una desconsiderada.
- Me van a disculpar pero insisto como mi esposa, nada nos complacería más que cenar con Hainne y contigo Iams, va a ser muy útil ya que pronto seres familia Hainne - dijo él señor Stefano de alguna forma le complacía la cara de poker que tenía su nieto y así le serviría para observar de cerca el potencial de ese chico.
- Bien nos sentaremos con usted, ¿¡Cierto Iams!? - dijo Hainne no quería que la situación se pusiera peor, después le diría a Iams para ir a un parque o quedar en la floristería, ah modo de disculpa.
ESTÁS LEYENDO
La Esposa Pobre del CEO
Любовные романыMi vida radica en ser la persona más amable, honesta, responsable, humilde, cariñosa y muy perseverante. Soy de las pocas personas que piensan que el mundo necesita más personas que amén de corazón y perdonen con el alma. Mis días a días fluían de m...