𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀𝐁𝐋𝐄𝐒 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄ

Capítulo 5

Suspiré pesadamente al ver la pila de papeles que estaban por encima del escritorio, eran demasiadas copias. Apenas acababa de llegar y ya tenía bastante por hacer.

Fui hasta la mesada y calenté la cafetera. Mientras esperaba a que la máquina haga el café, tomé la hoja final que estaba encima de la torre de papeles y la leí.

Buenas tardes director Jones.

Me gustaría participar en la exhibición de Relatos Marinos, en donde se expondrán las obras marinas...

Adelante la lectura de manera rápida para corroborar que todo estuviera bien, y así parecía serlo. Encendí la laptop e inmediatamente me puse a rellenar en una planilla los datos del visitante.

– Literalmente ni esto puede hacer. – Hablé molesta. Esto era una pesadilla. Incliné el recipiente con el líquido caliente en la taza y luego, me acerqué hasta la silla del escritorio. Donde me pondría en marcha a trabajar.

Tenía que responder a todas estas solicitudes, adelantar archivos, colgar información, organizar los eventos y las exhibiciones, que serían próximamente en unas semanas.

Esto era demasiado caótico.

Hoy es uno de esos días que situaciones como estas, me superan. Sufro de un constante amor y odio al trabajo, donde mi vida padece de subidas y bajadas abruptas, como una montaña rusa sacada de una película de terror.

Y no es que no aprecie lo suficiente mi trabajo, porque ser conservadora y guiadora es algo apasionante. Por otro lado, la administración no es mi fuerte.

En este lugar siempre el desorden es patente, y por donde quieras que mires siempre habrá caos y problemas.

Pero el mal liderazgo de mi jefe, para ser más precisa del director Jones. Hacen que me sienta ineficiente, y poco valorada como empleada. Aunque no pienso que sea mala persona, de hecho, es su mala estrategia la que me tiene agobiada.

Sus exigencias, son cada vez más notorias.

Como desearía revolotear estos papeles y largarme al carajo.

Mientras quitaba del bolsillo delantero de mi pantalón mi celular, di un sorbo al líquido que se encontraba dentro de la taza.

Debía concentrarme y estar lo más relajada posible. Y para despertar a mi cerebro, no hay nada mejor que poner un poco de buena música. En lo que buscaba una playlist rápida, el mensaje hizo que me distrajera de mi objetivo.

Matías Buenos días.

Matías Te veo en la noche.

Mi vista fue hacía todas las hojas impresas y luego la devolví a la pantalla. Debía tomar una decisión y estaba más que claro cuál sería. Entonces, comencé a escribir.

Buenos días Mati. No podré ir, tengo mucho trabajo que hacer este fin de semana.

Pero por alguna razón, no tenía el valor suficiente para enviar esa dichosa respuesta.

Ahora todos mis pensamientos se los estaba robando el castaño. Estaba pensando en qué podría decirle.

Desde que lo conocí, se ha convertido en una persona incondicional en mi vida. Es a quién no deseó llegar a perder o incluso decepcionar, y estas últimas semanas no hemos tenido el tiempo suficiente para poder vernos o incluso hablar.

Y lo extraño.

Se podría decir que Matías es mi "casi algo". De hecho, ahora que lo pienso es un poco extraño.