After the Rain. | 𝗦𝗵𝗶𝘀𝘂𝗻𝗮𝗿𝘂 |

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Título: Misiones.

"El rechazo es parte de la vida de cualquier hombre. Si no puedes aceptarlo y superarlo, o al menos usarlo como material de escritura, no eres un hombre de verdad". - Jiraya

Lo único bueno de ser Genin durante la guerra era que ninguno de los recién graduados se veía obligado a realizar rangos D. En cambio, Naruto y sus compañeros de clase habían pasado por una buena cantidad de ellos durante su último año en la academia.

Se había convertido en parte de las exigencias de graduación que todos tuvieran que cumplir al menos diez rangos D antes de poder tomar el examen genin. Depende de ellos cuándo querían hacerlas, ya que las misiones se hacían fuera del horario de academia.

Naruto, fiel a sus viejos hábitos no estructurados, los había completado en el último minuto, y había estado muy cerca.

Un día en clase, Naruto escuchó a Mizuki hablar de que ya había terminado todos sus rangos D. El chico se había mostrado bastante satisfecho con toda la terrible experiencia, y eso normalmente no auguraba nada bueno para nadie más. Su sospecha había sido confirmada como correcta.

Porque como todos los holgazanes de su año exigían un rango D al mismo tiempo, se había vuelto difícil para la mesa de misiones encontrar suficiente trabajo para los estudiantes antes del examen de graduación.

Era una verdad irónica, ya que a principios de semestre habían necesitado más gente de la que tenían, y ahora era todo lo contrario. Las altas exigencias de los graduados en pánico ocupaban todos los espacios posibles antes del examen y les resultaba difícil encontrar suficiente trabajo para los estudiantes.

La economía empeoraba cada mes que pasaba, y para entonces la mayoría de la gente no gastaba dinero en contratar a un ninja para pintar sus paredes o cuidar a sus hijos. Todos estaban ahorrando dinero, por lo que los rangos D comisionados que llegaron fueron muchos menos que hace un año.

Entonces, cuando Naruto, Ensui e Iruka se reunieron para hacer fila en el escritorio de la misión esa misma tarde, escuchó a un par de estudiantes frente a su pánico por haber recibido un rango D después de la graduación. Lo que significa que solo terminaron nueve de diez y, por lo tanto, se les negaría el examen.

Iruka parecía horrorizado, Naruto se había congelado y Ensui había suspirado y miró hacia el techo con el aire de alguien que solo quería terminar con las malas noticias de una vez.

Sin embargo, Naruto no tenía planes de quedarse atrás medio año y, a medida que la fila avanzaba, ella les dijo a los dos niños que jugaran con ella. Iruka había comenzado a preguntar qué quería decir, pero Ensui le había pisado el pie para evitar que hiciera más preguntas cuando los dos chūnin detrás del escritorio de la misión llegaron al alcance de su audiencia.

Naruto comenzó a hablar con voz normal, lo suficientemente alto para que los dos hombres a los que apuntaba lo escucharan, que si no se graduaba podría aburrirse tanto que comenzó a hacer bromas para pasar el tiempo.

Esto no tuvo el efecto deseado, y con una desagradable comprensión recordó que nadie sabía lo bromista que podía ser. Tal vez imaginaron que dejaría caer una araña debajo de su escritorio de sensei o sería igualmente inofensiva.

Así que cambió ligeramente su táctica.

Le preguntó a Ensui si había oído hablar de la pintura nueva en la tienda de equipos. Era una pintura que podía colorear la piedra y se pegaba tan bien que había que frotarla durante días si quería quitarla.

Sin perder el ritmo, Ensui respondió que no, que no había oído hablar de eso, pero que lo comprobaría con ella después de que recibieran sus misiones. ¿Y tal vez Iruka también quería venir?