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___ se dirigia a casa despues del trabajo, se detuvo en una tienda rapida para comprarse un agua por el calor que habia y le proporcionaba sed. Al salir, camino hacia su auto pero a lo lejos distinguio el auto de Baji, vio que estaba con una mujer.

Se acerco sigilosamente, y se pego lo mas que pudo al muro que los separaba. Tomo su telefono y utilizo la camara para tratar de distinguir quien era, su corazon dio un brinco al ver que se trataba de la ex niñera de su hijo. Se tapo la boca con ambas manos y salio de ahí, empezo a pensar en todo lo que Kazutora le habia dicho. No podia darle el beneficio de la duda.

Vio que su auto arranco y ella hizo lo mismo empezando a seguirlos, pero a una distancia discreta.

— Por favor, que no sea el.

Pedía con todas sus esperanzas que Baji no fuera el principal culpable.

Siguio manejando a cierta distancia, vio a aquella mujer bajarse del auto y Baji arrancó el auto, claro que lo siguió.

— Porfavor, marcale a Kakucho.

Le pidio a la Inteligencia Artificial de su auto y eso hizo, ella seguia manejando mientras la llamada sonaba.

¿Quién habla...

— Kakucho...

— ¿Quién? ¿___? ¿Eres tú? ¿Estas en peligro?

— Creo que encontre al culpable.

Lo que sus ojos veian era a Baji bajando en una tienda de armas, aunque recordo que las balas que habian sido usadas antes no eran del pais.

— ¿___?

— Creo que Kazutora tenia razón, y Baji es...

— ¿Dondé estas? No vayas a cometer una estupidez. Mandame tu ubicacion, hay que crear un plan y...

Kakucho seguia al telefono, pero ella ya habia cortado la llamada.

Se bajo del auto apenas vio a Baji irse y entro a la tienda. Un hombre de apariencia amenazante la miro.

— No creo que este sea lugar para usted, Señorita.

Ella lo miro friamente, se acerco al hombre y vio que en el estante que los separaba habian variedad de armas.

— ¿Nunca ha visto a una mujer manejar un arma?

— No, lo he visto, pero, no todas salen vivas después de eso.

___ se rio entre dientes, lo miro, eran casi de la misma estatura.

— El hombre que acaba de salir, ¿usted le proporciona sus armas?

— Bueno, por algo vino a mi — ella trago hondo tras la respuesta — Pero, no puedo dar información de mis clientes. Aunque podria hacer una excepcion por usted, señorita...

La miro de una forma sensual, ella al darse cuenta le sonrió y de un momento a otro tenia empujando la cabeza del hombre hacia el estante con fuerza.

— Volvamos a hacerlo, ¿que le pidió el hombre que acaba de salir?

El hombre se quejó, el estante era de vidrio y este empezó a crujir, estaba por quebrarse.

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