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Un dia nuevo, era domingo y en medio dia. Kibou seguia durmiendo, algo que se merecia despues de haber estado despierto hasta tarde, los domingos normalmente iba a casa de su abuela, pero esta vez se lo dejarian pasar por el cansansio, seria un dia en familia, o almenos eso pensaron hasta que vieron a Baji comodamente desparramado en su sofa.

— ¿De verdad piensas que te dejare quedarte otra noche aqui?

— Lo siento, Kazutora. Olvidaba que dormia en tu cama.

Ambos eran como perro y gato, buenos amigos en el pasado, ahora simples rivales.

— Es muy temprano para discutir.

— bonos diash — musitó Kibou dando un gran bostezo q no se le entendió.

— Buenos días, Cariño — le acaricio la cabeza y lo levanto en sus brazos dirigiéndose a la cocina.

Baji y Kazutora solo miraban hacia donde se fue.

— Vete, y busca un apartamento maldito animal — hablo entre dientes, ver a Baji lo ponía de muy mal humor.

Baji sentía un tic en el ojo, despreciaba el trato que le daba su ex mejor amigo.

___ preparaba el desayuno, mientras Kibou hablaba con Kazutora.

— ¡Hey, Kibou! — le susurro, el niño se acercó para poder escucharlo mejor
— ¿Qué te parece si llamamos a tu abuela, y que ella venga hoy a la casa?

— Sisisi, ¡Me encanta esa idea! — le respondió de la misma forma.

Lo que no sabía Kibou, era que la abuela realmente era la madre de Baji.

— ¿De que están hablando ahí tan bajito?
— les pregunto ___ con un rostro curioso

— ¡Nada! — hablaron al mismo tiempo y se metieron un pan a la boca

___ entrecerró los ojos incrédula, sabía que esos dos estaban planeando algo, pero que podría ser.

Sirvió tres platos, entonces empezaron a comer.

— ¿No hay un plato para mí? — pregunto Baji apareciendo.

— Esto no es una cafeteria, puedes servirte tu solo.

Tomó su plato y se sirvió una gran porción de comida, Kibou lo miraba asombrado por su acción.

Los 4 comían en silencio, era el desayuno más incómodo que podían presenciar.

— Papa — exclamó Kibou

— ¿Si? — preguntaron ambos hombres en la mesa, ___ casi se ahoga con su bebida.

A Kibou le molestaba la reacción de Baji, pues no lo veía como un padre. Se acercó a Kazutora y le susurró algo en el oído, por el cual este solo asintió y le dio su teléfono.

— ¿Por qué le das el teléfono?

— El quiere hacer algo, no te preocupes.

— Me preocupa más lo que encuentre ahí.

— No te preocupes, no soy un enfermo mental — miro a Baji

— ¿Quieres decirme algo Kazutora?
— le apunto con su tenedor

— Descuida, Baji, nada que no sepas ya.

Si, definitivamente sería un largo día, eso pensaba ____.

[......]

Pasaron dos horas, el plan de Kazutora y Kibou estaba ya en marcha, la abuela estaba en camino a la casa Matsuno.

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