Minho odiaba la forma en la que Newt se comportaba cuando estaban juntos, odiaba sentirse tan mal por su maldito comportamiento pero lo que no sabía era que Newt estaba enamorado de su amigo, Thomas.
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Faltaban tres días para que Newt se marchará con Thomas y Teresa, no hablaron nada durante la semana que restaba. Minho regreso antes que las puertas se cerrarán y se encerró en su cabaña, lo mismo pasó con él rubio.
Sus amigos no sabían nada y tan poco querían entrometerse en la situación.
Esa noche Minho estaba acostado en su cama, cansado de llorar; suponía que era media noche por la tuene luz de la luna.
No podía dormir, su cama se sentía vacía desde que Newt dejó de dormir con él. Suspiró y se removió en su cama para mejor posición, miró el techo de su cabaña para distraerse un rato.
Escucho un ruido cerca de su puerta, no le dio importancia de seguro sería el aire meciendo alguno árbol cerca, cuando se estaba quedando dormido sintió un peso encima.
Abrió los ojos de golpe para ver de que se trataba y al darse cuenta, su respiración se volvió irregular; Newt estaba encima de él, se encontraba semidesnudo.
—Minho —pronunció en voz baja. —Minho. —empezó a llorar. —lo siento mucho, yo no quiero terminar así contigo —sollozo.
Lo miró detalladamente y llevó sus manos a la cintura contraria tocando su piel. Lo odiaba de eso estaba seguro pero no podía dejar de odiar el sentimiento de amor que sentía por él rubio.
—shh —se sentó sobre su cama aún manteniendo a Newt en su regazo, acarició las mejillas contrarias secando sus lágrimas. —perdóname.
Negó, —perdóname tú por todo el dolor que te cause.
Minho lo abrazo siendo correspondido al instante, estuvieron así por unos minutos hasta que se separaron.
—déjame disfrutar te, antes de irme —mencionó Newt acercándose para besarlo.
Él asintió, disfrutaría cada minuto que les quedarán a los dos, porque sabía que lo perdería.
Beso los labios contrarios, se dejaron llevar esa noche por sus sentimientos y unieron sus cuerpos haciendo el amor. Newt agradecía que la cabaña de Minho quedará lejos de las otras porque así podían estar juntos sin sentirse escuchados, ni molestados.
Esos tres días restantes no sé separaron el uno del otro, disfrutando mientras poco a poco su tiempo se iba agotando.
Llegó el día que tendría que dejar ir a Newt, tan solo pensarlo su corazón que dolía tanto por el amor que le tenía. Se encontraron en la profundidad de aquel bosque fuera del refugio.
Thomas, Teresa, Minho y Newt. Los primeros mencionados hicieron su trabajo para volver a su dimensión, sólo quedaba despedirse.
—ya esta —dijo Teresa haciendo los últimos retoques y asegurándose que todo esté en orden. Miró a Thomas. —es hora de volver.
Asintió, guió su mirada a la pareja que se despedía a unos metros de ellos, suspiró al ver lo triste que se veían, sabía que estaba separando algo que no debía pero su mundo estaba siendo destruido.
—hay que darles su espacio —habló sentándose en el suelo, su compañera hizo lo mismo.
Minho entrelazo su mano con la de Newt, apretó levemente. —por favor, no me olvides.
—¿cómo podría hacerlo? —se acercó para dejar un beso en la mejilla del moreno. —eres todo lo que quiero y mucho.
—entonces no te vallas, no me dejes…
—tengo que hacerlo, Minho —dijo. —hay que ser rápidos, no me gustan las despedidas largas.
Minho asintió, acercó su rostro y lo beso fue correspondido al instante mientras se besaban sintió algo ser puesto en su chaqueta pero no le dio importancia.
—te amo, Minho.
—te amo mucho, Newt.
Sintieron que eso fue el final de todo, se separaron y caminaron hasta los dos que los esperaban.
—lo siento mucho —se disculpó Thomas con Minho. —no quería que las cosas terminarán de esta forma.
—solo te pido un favor —él contrario asintió. —cuida mucho de Newt, te lo suplico.
—lo haré —en el fondo sabía que era una promesa rota que sería muy difícil de cumplir.
Ellos se despidieron de Minho y Teresa activo el portal. Esperaron que funcionará haciendo un círculo de color violeta y los árboles como todo lo que había se movía con el viento que provocaba.
—es ahora o nunca —Teresa los miró y estiro su mano a Thomas.
Él lo agarro y entrelazaron sus manos, después estiro su mano para Newt, este con miedo estiro su mano para tomarla y volteó para mirar a Minho.
—¡Te amo mucho, Minho! —gritó fuerte y claro, lo que sentía por él.
Minho que miraba desde una distancia prudente, gritó también:
—¡Yo también te amo, Newt! —sus lágrimas cayendo por sus mejillas. —¡Te amo mucho!
Newt le sonrió, tomó la mano de Thomas, miró al portal y asintió dando señal de que podían saltar.
—¡uno, dos y tres! —dijo fuerte Thomas y saltaron, desapareciendo a la vista del moreno y poco a poco el portal se cerró.
Minho por una última vez rogó que Newt volviera que todo lo que presenció era una terrible pesadilla y que no vio saltar al amor de su vida a ese portal donde desapareció sin dejar rastro.
—te amo —susurró. —Newt.
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