—Encargarse de la casa era algo que le salía con bastante naturalidad a Choi. Si bien estaba dicho por todos incluída la madre de Yeonjun antes de que falleciera, qué el castaño era increíble el como manejaba el hogar.
Cómo no le molestaba y más a parte le des aburría, también lavaba la ropa del pelinegro pero está vez no sería el caso.
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—Beom— Se asomó por la entrada de la habitación visualizando a un castaño con los cabellos revueltos recién levantado.
—Beomgyu alzó su rostro en respuesta.
—¿Sabés si tengo camisetas limpias?— Señaló su abdomen descubierto.
—Si lavaste tú ropa, se supone que deberías tener— Se estiró.
—¿Tú lavaste?— Miró confuso.
—Sí, mi ropa— Jaló un abrigo que probablemente era del mayor.
—Quieres decir que lavaste en general— Trató de convencerse.
—Yeonjun, solamente lave mi ropa. Tú tienes dos manos para lavar la tuya— Sonrió falsamente.
—Cómo se supone que haga eso— Suspiro cansado.
—Google, no sé— Prendió el televisor.
—Pero.
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—Yeonjun estaba más que atónito, porqué sí su novio el qué hacía todo le estaba dejando a su suerte y lo peor, no sabía con exactitud el porqué.
