—Yeon había traído dos barras de chocolate para el menor. Sabía cuanto lo amaba así que decidió traer no una sino dos para que tal vez así le perdonarán.
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—Te amo— Le miró sincero.
—También me amo— Siguió cocinando lo que sería el almuerzo.
—Traje esto para tí— Extendió los chocolates ahora sentándose en la barra de la cocina.
—Beomgyu miró los chocolates y no pudo evitar sonreír.
—¿Fuiste hasta el centro solo por esto? — Abrió su boca con sorpresa.
—Si— Asintió.
—Gracias— Relamió sus labios para luego meter los dulces a su bolsillo.
—Te mereces todo— Tiró un beso.
—Ajá— Sonrió mientras procedía a servir.
—¿Esto es para mí? — Observó un plato frente a él con pasta y un vaso con jugo.
—Come— Agarró su plato.
—Beom— Se levantó para luego quedar frente a él.
—Qué— Le miró extrañado.
—Perdoname por lo que voy a hacer.
—Yeonjun tomó el rostro de Beomgyu en sus manos y luego junto sus labios con los suyos. Ambos movían sus labios gustosos como si sus bocas nunca se hubiesen probado antes, un sabor exquisito que les deleitaba cada vez más.
—Yeonjun! — Se separó agitado.
—Cállate— Juntó sus labios nuevamente con los contrarios.
—Agh— Se separó por fin para luego irse a su habitación.
—¡No puedes negar que te encantó!— Le gritó.
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—Yeonjun se dispuso a comer lo que su lindo novio le había preparado y después de todo había obtenido besos robados.