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los días pasaban, las noches se hacían eternas para ambos chicos que se pensaban mutuamente, uno se preguntaba si era buena idea acercarse y el otro se preguntaba cuándo volvería a verlo de nuevo. ambos querían verse, ambos se necesitaban, pero ambos tenían miedo de la reacción del otro.

— vamos, quackity, no puedes seguir pasando tus días encerrado en esta cueva.

el castaño había entrado a la habitación que le había asignado al chico y abrió la cortina de la ventana para que entrara luz al lugar, a su vez, se acercó a la cama para quitar la sabana que cubría el cuerpo del chico pelinegro, quien soltó un sonido de queja ante lo que estaba haciendo rubius.

— uhmm... dijiste que podía quedarme el tiempo que fuera necesario...— murmuró quackity, haciéndose bolita en la cama y cubriendo su rostro entre sus brazos para proteger sus ojos de los rayos de sol que ahora entraban por la ventana.

— no te estoy echando de la casa pero, macho, en serio te lo digo, necesitas salir a que te de el puto sol, no es sano que estés encerrado aquí... y mira que te lo dice un oso que inverna.— rubius se quedó de pie frente a la cama en la que estaba quackity, cruzando sus brazos esperando una respuesta del contrario.

quackity, en un suspiro pesado, estiró su cuerpo en la cama y, poco después, llevó sus manos a cubrir su rostro para frotar estas mismas entre su rostro, retirándolas y, por fin, dirigiendo su mirada a rubius.

— no tengo motivos para salir, ¿qué más da?

— oh no, yo no voy a dejar que mueras en esa cama por depresión, ¿después que hago yo con tu jodido cuerpo?

— si todo esto es porque quieres que haga el desayuno...

— quackity, que son las putas cuatro de la tarde.— rubius dijo eso y la expresión del pelinegro se transformó a una de sorpresa y confusión, ¿cuánto tiempo se la había pasado durmiendo? aunque, bueno, la verdadera pregunta era ¿cuándo no estaba durmiendo?— en serio, necesitas ir a hablar con roier.

— roier...— soltó una risa sin gracia y se volteó, dandole la espalda al castaño.— no creo que él quiera verme ahora mismo.

— ¿ah sí? ¿cómo estás tan seguro de ello?

— porque ahora tiene a su nueva pareja, ¿para qué querría verme? llegaría como un inconveniente a su nueva vida, además... no sé por donde ir a buscarlo.

— solo tenías que preguntarme su dirección, no hacerte el mártir.— rubius comenzó a reir hasta que se calló por el impacto que recibió gracias a que quackity le había lanzado una almohada.— te dejaré un mapa de cómo llegar al castillo de roier, pero tienes que ir antes de que anochezca porque en la noche regresa cellbit de explorar.

rubius le devolvió el almohadazo y se acercó a la mesita de noche para dejar el mapa encima de esta, su plan inicial desde que entró a la habitación era decirle a quackity que fuera a buscar a roier así que llevaba el mapa encima desde hace un rato.

quackity quedó pensando un rato después de que rubius salió de la habitación, iría a visitar a roier pero no hoy, antes necesitaba darse un baño y estar más presentable para pararse frente a su puerta, también necesitaba meditar lo que iba a salir de su boca para explicarle a roier el motivo de su partida.

Where's my love?; SpiderduckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora