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en el transcurso de estos días, roier seguía comportándose distante hacia cellbit, incluso, salía de vez en cuando del castillo a hacer caminatas a los alrededores, había un sendero que lo conocía de memoria pues se había convertido en su lugar favorito para caminar.

solía ir a caminar por las tardes, era el tiempo perfecto, el viento que corría movía con delicadeza las hojas de los arboles que se encontraban en el lugar, a su vez, el pasto y las flores se movían ligeramente en la dirección que corría el viento.

era simplemente perfecto para roier, escuchar las hojas de los arboles moverse, sentir la brisa fresca del aire en su rostro, oler el aire puro que había en ese lugar, escuchar el sonido de los pájaros y diversos animales que pasaban por ahí eran estímulos que calmaban mucho al castaño.

lo relajaban tanto que el chico no podía evitar detener su caminata para comenzar a llorar, era algo involuntario, él realmente no quería hacerlo pero estar ahí lo liberaba de las tensiones que sentía al estar rodeado de los demás pues en esos momentos tenía que esconder sus sentimientos.

él realmente no sabía que ver de nuevo a quackity tan repentinamente, aunque lo haya visto de lejos, le iba a afectar tanto.

¿por qué? ¿por qué apareció de la nada? ¿por qué no ha ido a buscarlo? ¿y si no era él? ¿y si era alguien parecido a quackity?, eran las preguntas que pasaban por la mente de roier en esos momentos.

se sentía demasiado vulnerable, tenía miedo de que aquel chico que aún movía tantas emociones dentro suyo apareciera repentinamente, no sabría qué hacer si eso pasaba, y podía pasar en cualquier momento ahora que estaba de regreso en la isla.

él había hablado anteriormente con amigos sobre qué haría si quackity aparecía de nuevo en su vida, él estaba completamente seguro que lo alejaría por todo el daño que le causó y porque ahora estaba completamente feliz con cellbit pero... ahora veía que no era así, que todo este tiempo se había engañado a él mismo diciendo esas cosas, se quería autoconvencer de que ahora estaba mejor, más estable, pero roier seguía amando a quackity con la misma intensidad de antes.

lo cierto era que desde aquel momento en que lo vio tocar la guitarra y cantar en el pueblo de la isla, quería soltar las cosas que traía encima para abalanzarse hacia quackity y abrazarlo con todas las fuerzas existentes, quería verlo de frente, hablar con él, hacerle saber lo aliviado que estaba de saber que seguía con vida, pero no había sido capaz.

su corazón quería hacer todo eso, pero su mente le decía que él no debía ir corriendo hacia el pelinegro como si nada hubiera pasado, como si no le hubiera provocado daño su partida, como si no lo hubiera abandonado.

era un sin fin de emociones que tenía en su interior, las cuales aprovechaba a soltar con lagrimas, era la única forma que tenía de hacerlo pues no sabía si alguien más había visto a quackity o tenía información sobre su regreso, no quería que le dijeran que huyera de él, no quería que le preguntaran qué iba a hacer al respecto porque ni él lo sabía.

aunque también había comenzado estas caminatas por la isla para encontrar de nuevo al chico en el que tanto pensaba, pero nunca volvió a encontrar rastros de él, ni siquiera escuchó a los isleños hablar al respecto, era como si de nuevo hubiera desaparecido del mapa, por ello es que roier pensaba que tal vez había visto mal aquel día y simplemente había sido alguien parecido a quackity.

en estas caminatas fue que encontró el sendero en el que ahora se encontraba, siempre llegaba a un punto en el que topaba con un lago en el cual se sentaba a la orilla de este, específicamente debajo de un árbol que daba una sombra grande, cuando perdió las esperanzas de encontrar de nuevo a quackity comenzó a crear una rutina en la que siempre iba a ese lugar a reflexionar sobre la situación, ayudaba al menos a no explotar contra cellbit, tampoco quería hacerlo sentir mal.

esta vez estaba a punto de llegar al lago, casi el "final" del camino, hasta que repentinamente escuchó una voz a sus espaldas que reconocía a la perfección, era otra vez aquella voz que no podía confundir, era la voz que hacía que su estomago se cerrara y un nudo se formara en su garganta.

— ¡roier, espera!

el nombrado se detuvo, haciendo que los pasos apresurados que se escuchaban poco a poco fueran disminuyendo la velocidad, a su vez, el castaño fue volteando lentamente en dirección a la voz que había escuchado, esto lo hacía mientras sentía que el corazón en cualquier momento se le salía de lo rápido que bombeaba por los nervios.

— ¿quackity?

el nombrado se detuvo, por fin ambos estaban frente a frente, ninguno de los dos dejó de mirarse fijamente a los ojos a pesar de que tenían una distancia considerable, quackity simplemente no se atrevió a acercarse más a roier.

Where's my love?; SpiderduckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora