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quackity lo había decidido, iría a buscar a roier para hablar con él, definitivamente no sabía qué le diría o si quiera si roier lo dejara hablar, pero quería intentarlo.

el hecho de que rubius se acercara a motivarlo y dejarle el mapa de la ubicación del castillo del castaño lo había impulsado a que estos días se acercara al lugar.

lo cierto es que ya llevaba 3 días yendo al castillo de roier a la misma hora y ahora conocía la rutina del chico, sabía que después de que cellbit se iba con el huevito al cual llamaba "richarlyson", el de bandana azul salía a caminar directamente a un sendero.

era un sendero muy hermoso, todo era verde y lo acompañaban distintas flores que hacían que el lugar fuera aún más colorido, era un lugar perfecto y sin dudas quackity entendía por qué roier se la pasaba ahí.

el pelinegro lo seguía de lejos, él sabía que parecía raro seguirlo a escondidas pero es que realmente no sabía cómo acercarse para hablar con él, no encontraba las primeras palabras con las que se dirigiría hacia él.

siempre pensaba en eso hasta que llegó un punto de la caminata en el que escuchaba sollozos, ¿por qué?, cuando volteaba a ver se percataba de que era roier con la cabeza agachada y cruzado de brazos como si se abrazara a sí mismo.

el pelinegro le dolía ver a su amado de esa forma, quería abrazarlo, quería decirle que todo iba a estar bien, pero el primer día que presenció eso no fue capaz, al igual que el segundo día, ¿por qué lloraba roier?

sin notarlo, de sus propias mejillas se iban deslizando unas cuantas lagrimas, las cuales quackity limpió casi al instante cuando se percató de esto, le daba mucha tristeza ver al castaño de ese modo pero sobre todo le daba mucha rabia ser tan cobarde como para no acercarse.

al tercer día, que era el día en el día que se encontraba actualmente, de igual forma comenzó a seguir a roier y, de nuevo, llegaron a un punto del sendero en el que el castaño había comenzado a llorar.

quackity lo estaba observando de lejos detrás de un árbol, árbol en el cual encajó sus uñas por la impotencia, a su vez su labio estaba sufriendo de haber sido atrapado entre sus propios dientes, estaba muy preocupado por roier.

esta vez el llanto era distinto por alguna razón ya que provocó algo más dentro del pelinegro, escuchar los sollozos del chico y sentir la brisa del aire que le provocaba escalofríos hizo que quackity saliera de su escondite y lo llamara.

— ¡roier, espera!

gritó alto el pelinegro con la voz agitada por correr hacia el castaño ya que, en lo que pensaba si ir o no, el chico continuó avanzando.

pudo notar cómo roier se había detenido en seco al escucharlo, a su vez el chico se dio la vuelta y, por fin, ambos estaban viéndose directamente a los ojos, haciendo que quackity se detuviera en cuanto hicieron contacto visual.

— ¿quackity?

el de bandana en seguida se limpió las lágrimas intentando disimular el hecho de que estaba llorando, pero su nariz estaba rojiza al igual que sus mejillas por el llanto, verlo así hizo que a quackity se le partiera el corazón en mil pedazos.

— roier...

el pelinegro estaba sin palabras, no sabía por dónde empezar, no sabía si roier estaba dispuesto si quiera a escucharlo, estaba en la situación de la que tanto había huido pero ya no había vuelta atrás, debía enfrentarlo así que tragó saliva y decidió hablar.

— roier, yo-

— entonces sí eras tú.— murmuró roier interrumpiendo a quackity.

el contrario pudo notar que los ojos de roier no reflejaban nada más que tristeza, no había una pizca de enojo en ellos, en parte eso lo aliviaba pero a su vez lo hacía sentir mal.

Where's my love?; SpiderduckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora