CAP 1

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Se desperto con calma, la claridad de la habitación la hizo cerrar sus ojos nuevamente y recostarse en la suave cama en la que dormía , sin embargo no quiso seguir durmiendo.

Las cortinas que estaban en la unica ventana de la habitación , de lado izquierdo de esta, impedían que entrarán los rayos de luz directo.

Pero no quitaba que la habitación estuviera iluminada por estos rayos, se levanto despacio acariciando su rostro, más específico sus ojos, para poder divisar bien.

Siempre había pensado que su habitación era la más hermosa que había tenido en su vida, un lugar comodo y seguro para ella a pesar de lo simple que estaba.

Era preciosa, la gran cama en la mitad de la pared que estaba a sus espaldas, tenia dos mesitas de noches con lamparas sencillas pero minimalista a los dos lados de la cama, justo para dos personas.

En la pared enfrente de su cama se encontraba la puerta al baño y un closet incrustado en la pared, el cual su esposo quería remodelar pero ella se negaba , con la afirmación de que era muy elegante el diseño antiguo.

Algo se removio a su lado, se percato que la gran trabajada espalda de su esposo estaba destapada de la sabana, dejando a su vista todas esas cicatrices que parecían haber estado hay desde que nació, evidencia de un pasado tormentoso.

Y en cierto modo no le gustaba que al tenerlas, significara que pasó por muchas cosas dolorosas.

Su cabello siempre lizo y negro como la noche, nunca se espelucaba y avecés lo envidiaba por eso, a comparación del de ella que amanecía apuntando en distintas direcciones al despertarse, y ahora más ya que lo tenia corto, y detras de sus orejas, siendo este un castaño muy oscuro.

El cual le recordaba a cierto hombre del cual lo había heredado y eso no le gustaba.

Decidio levantarse y dejar esos pensamientos en el fondo de su mente, había pasando tanto tiempo, no debía traer su pasado al ahora, no cuando estaba todo tan bien y tenía un hermoso hogar.

Se miro al espejo terminando de cepillar sus dientes y se percato de que solo llevaba unos mini chors de tela, busco una blusa magalarga y suelta de color lila que le gustaba ponerse, decidió salir de su cuarto y bajar a al primer piso no sin antes darle un beso en la cabeza a su esposo y dejarlo dormir otro rato más.

Estaba cansado por el trabajo así que se merecía descansar, después de todo era domingo y ninguno de los dos tenia que trabajar.

Al bajar se percato de que en la isla de la cocina había un pequeño cuerpo sentado en una de las sillas tomando café , desidio aprovechar su distracción para abrazarlo suavemente por detras y llenarle de besos su pequeña y hermosa carita.

—buenos días mamá , como amaneciste? — le contesta el pequeño pelinegro de tan solo ocho años de edad con una pequeña sonrisa de satisfacción por los cariños  de su mamá

— buenos días mi pequeño , amanecí excelente y tu? Mmm — le respondio para darle otro abrazo más.

Avecés se sorprendía tanto de que su hijo fuera tan disciplinado, respetuoso, ordenado y tranquilo, siempre madrugaba cosa que heredo de su padre y no de ella , hacia bien sus deveres y no era caprichoso, si, eso le hacía sentir muy orgullosa , todo de él  le daba orgullo y felicidad.

Pero recordaba que las personas son como una moneda con dos caras y su pequeño y hermoso hijo no era la eseccion.

Este no solo heredó la disciplina de su padre, también  su mal carácter para tratar con las personas y se podria decir que era un tanto... Amargado? o aburrido?, en realidad no estaba segura pero su hijo era bastante reservado.

Ella es mía || toji fushiguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora