•Día uno: Buscar a tu hija, salir a dar un paseo y darle de comer a los patos (Lo último puede ser opcional)
Jake bufó con más gracia que desinterés al ver el correo que Sunghoon le había enviado. Nunca lo admitiría verbalmente, pero enserio estaba realmente agradecido con todos los cielos por tenerlo como amigo. Sunghoon siempre formaría una parte fundamental en su vida. Había estado para él en cada momento que lo necesitó, como la vez que decidió estudiar abogacía y leyes y sus padres no estuvieron de acuerdo al no haber seguido con el legado familiar, Sunghoon estuvo ahí. Cuando dió a luz, cuando se divorció. Sunghoon siempre había estado presente para ayudarlo en cualquier momento y circunstancia, una especie de luz que aclaraba la vista de Jake en un túnel de oscuridad, ya era como un hermano para él.
Ante tal reflexión, Jake soltó una larga y sonora exhalación al ponerse de pie. Había estado culminando algunas cosas de su trabajo, queriendo desocuparse y estar lo suficientemente despejado para poder enfocarse en su verdadera y más importante responsabilidad: Hyein. Su hija a la que no ha estado tratando como tal.
Miró la hora en el reloj, si la memoria no le fallaba, Hyein saldría de la escuela en unos treinta minutos.
Después de firmar algunos papeles y revisar los últimos correos que había recibido por parte de clientes satisfechos, Jake le comunicó a su asistente que se hiciera cargo del resto. Sin más que adjunta ni chequear, Jake salió de la edificación del bufette de abogados, y dispuesto, ya en su auto, emprendió marcha en busca de su tesoro mal valorado.
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