Han pasado como 90 años o 100 desde que todo terminó, ya no me acuerdo.
Era muy joven talvez, debo decir que con el tiempo todo a cambiado, desconozco a las personas que antes creía conocer, muchas cosas que me gustaban han sido reemplazadas por otras diferentes o similares.Hoy me encontraba sentado en una banca del parque, aburrido y con sueño, se preguntarán por que estoy aquí entonces si en realidad no quería estarlo, es bastante sencillo de responder, se trata de mi hijo Rusia, él me a traído para acá en busca de que yo no esté siempre encerrado en casa, pero es lo mismo que nada, eso le parece frustrante y su frustración me hace sentir victorioso y satisfecho, en casa leo el periódico en el sofá, acá leo mi periódico en una banca debajo de la sombra de un árbol, no hay sol pero me gusta estar así, se siente más tranquilo, de hecho acababa de nevar y tanto el piso como el árbol se encontraban de color blanco.
Apoye mi mano al lado derecho de la banca un momento y sentí algo húmedo, era la oxidación de la parte metalica bajo los lados de madera pintados de verde, mi mano se pinto de rojo, pero un rojo diferente al de mi piel, un rojo que se asemejaba con el café.
Recuerdos inundaron mi mente, vagos pensamientos de un día que me había marcado completamente.
La guerra, un enfrentamiento sangriento e inhumano, cruel y detestable.
El óxido me recordó aquél día ya lejano que creí dejar atrás, el día de la caída del Third Reich, una bala atravesó su pecho, trate de sacarlo de aquel lugar, en serio era mi mejor amigo, siempre lo fue y no podia dejarlo así, mis manos se habían manchado de la misma forma en esa ocasión, conservo aún mi camisa que tiempo antes de la guerra era pulcra, ahora conserva un tono amarillento por la sangre con la que fue manchada.- Suéltame, por favor.
- Para qué quieres eso?, No ganas nada muriendo, siempre quisiste más territorio, tienes muchos sueños para echarlos a perder aquí y ahora, si te rindes aquí no serás nadie.
- Yo perdí hace mucho tiempo amigo, cuando te traicione.
Estaba tan sorprendido que lo dejé caer.
- ME DIJISTE QUE NO FUISTE TÚ.
- Fue una mentira, una sucia mentira, ahora déjame aquí. - El ruso miró sus manos pintadas con sangre, aquel líquido que caía al suelo y lentamente se esparcía.
¿Lo dejo ahí?, No, no podría, no ahora que estaba tan cerca de llegar a una frontera.
¿Entonces qué pasó? Su amigo sacó un arma de su bolsillo, era pequeña de esas que guardaban un solo tiró, Urss cerro los ojos esperando el dolor que llegaría junto al impacto de la bala, la arma disparó y la bala nunca llegó a él.
Al mirar nuevamente a su amigo, para este ya era muy tarde.Urss era esa pieza de ajedrez blanca, específicamente el caballo, Reich era una pieza negra, el rey. El movimiento de la ele de cinco cuadros que solo puede dar un caballo había quitado al rey de su camino y cuando cae el rey, caen todos, ahora habia un ganador, un ganador que no sentia satisfacción en su victoria.
Ese recuerdo concluyó ahí, la segunda guerra mundial terminó en ese momento, yo era muy joven.
- Papá... ¿papá, estás bien?
Rusia llegó y me vió mirando mi mano con absoluta concentración, como si jamás en mi vida me hubiera dado cuenta que tenía dedos en ella, con la llegada de él ahora teníamos que volver a casa, con la misma rutina de siempre.
Cambiarse, cocinar, comer y dormir.
Todos los días, todos los días, todos los días...
Tal vez ya estaba arto, cansado, cansado de no hacer nada, es más, no planeaba hacerlo nunca, solo vería cada día como uno más y ya, pasaban meses, años y décadas como si no fuera nada, no me interesaba cambiar mi estilo de vida.Ya en su casa después del viaje en auto, al abrir la perilla tuvo otro recuerdo.
- Despierta - Era el, otra vez era el, el sujeto, el hombre, el tipo, su viejo amigo.
Este recuerdo era extraño también, escuchaba su voz pero no lo veía en ningún lado, miró a los lados y nada, nuevamente le gritó que despierte pero ahora con susto.
- DIOS MÍO SANTO - En busca de su amigo había girado la perilla que estaba rota, resultó con una dolorosa herida en la palma de su mano, lo vio muy preocupado sosteniendo la radio mientras lloraba.
- Escucha, escucha ésto! - aumentó el volumen y era un comunicado de una tropa militar que había llegado a la base de escondite donde se encontraban durmiendo hace un momento.
- MALDICIÓN - El ruso agarro a su amigo del brazo con fuerza, casi arrastrando para subir a una camioneta y escapar lo más rápido posible.
- SE ACABÓ URSS, SE TERMINÓ, NOS ENCONTRARON - Estalló en llanto cuando escucho un disparo a lo lejos, por lo acostumbrado que estaba a la guerra pudo deducir que era aproximadamente medio kilómetro, lo que significaba que tenían muy poco tiempo.
Después de múltiples quejidos y reclamos del vago ruso, salieron de casa lo más veloz posible, Reich podía ser insoportable cuando así lo quería, no lo dejaría en paz ni siquiera muerto al parecer, bueno pero como dice el dicho, hierba mala nunca muere.
Nunca muere.
- ¿Te sientes mal verdad?
Rusia nuevamente le pregunto a su padre como se sentía, ahora más preocupado por su comportamiento tan irracional y poco usual.
- Estoy bien, no se que me pasa.
- Primero estabas hablando solo en la banca de parque y ahora te congelas mirando la perilla, ¿Qué quieres que piense?, se que algo te pasa.
- No es nada.
Rusia solo negó con la cabeza cansado, su padre realmente estaba actuando raro ese día, entraron a la casa y casualmente el teléfono anclado a la pared de madera sonó.
- Voy a contestar papá, tú ve a guardar tú abrigo. - Agarró el teléfono por la correa encorvada casi rompiendolo. - Halo, ¿Con quién habló?
- Buenas tardes casi noches Rusia, soy ONU. -Se sorprendió y rápidamente cambio el tono de voz a uno más serio.
- Buenas tardes ONU ¿Pasó algo?
- Me estoy tomando vacaciones de una semana por qué así me lo encargo mi terapeuta, en el edificio de operaciones tengo que dejar países encargados y necesito que vengas a quedarte unos días.- Rusia escuchaba preocupado la noticia, no por que le importe la salud de la organización de la paz, si no por el hecho de encargarse de algo tan importante como mantener en lo posible la paz cuando su propio país se encontraba en medio de una guerra con Ucrania actualmente. - Obviamente no puedo dejarte a tí a cargo sabes? Eres muy agresivo y estoy muy decepcionado de tí.
- Entonces por qué debo ir para allá?
- La Unión Europea será el encargado principal pero el también tiene su propio trabajo que es importante y le sería más fácil vigilar de cerca a algunos países y tenerlos controlados.
- No iré.
- Mira Rusia, hay una sanción si tú no vienes acá, se te cortaran los recursos que necesitas provenientes de latinoamericana toda esa semana, tú estúpida guerra ya lleva más de un año me escuchaste, no va a pasar nada por que tú hermano Ucrania ya acepto estar acá tambien.
Rusia suspiró enojado tocándose la frente mientras lamentaba su dependencia a los recursos naturales de otros países.
- Bien, estaré ahí, ¿Puede ir mi padre también? - ONU lo pensó un momento con... ¿Miedo?, ¿Preocupación?, ¿A qué le temía con esa simple petición? Se tardó un minuto para aceptar finalmente. - ¿Pasa algo malo con eso? Parece ser que no quieres.
- La última vez te burlaste de Alemania por qué el no tiene papá Rusia, a demás Alemania estuvo muy triste, sabes que el también va a terapia y tú humor es tan horrible, no es bueno para él, solo te pido amablemente que no vuelvas a hacerlo, puedes traer a tú padre.
Rusia no dijo nada más y directamente colgó la llamada.
- Papá, hay que ir al edificio de conferencias de la ONU, nos quedaremos ahí una semana completa.
El ruso rojo escucho eso y con flogera volvió a ir por su abrigo para salir, ya se había quitado hasta la botas que traia puestas.
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La URSS en Alemania
AléatoireEh notado que a los lectores (específicamente a los que leen con frecuencia de esta pareja) les encanta ver sufrimiento y relaciones amorosas traumáticas, controladoras, traiciones y todo lo malo que pueda haber en una pareja. Incluso se que les enc...