Al despertar, la resaca me envolvía, mi cabeza golpeaba. La habitación era un caos, con mi zapatilla convertida en un rompecabezas de chicles. Opté por tomar algo de ropa y meterme a bañar, ya que el olor a alcohol era abrumador.
Después de arreglarme con resaca, ordené lo más posible mi habitación. Decidí ir a la cocina para comer cereal.
— Clarisse, sírveme cereal también — dijo mi hermana, aún somnolienta y con su pijama de Naruto, dejando ver su lado otaku.
— Claro, te sirvo un poco de cereal — tomé otro plato para servirle.
— Nooo, así no se sirve el cereal, primero echas la leche y luego el cereal — dijo con voz chillona.
— No es cierto, primero se echa el cereal para medir cuánta leche se debe poner — defendí mi punto con una sonrisa, desatando una pelea cómica.
— Pero así no debe ser, mamá lo hace como yo — replicó con una sonrisa.
— Uhm, sí, pero está mal igual.
Tras un debate sin ganador, empezamos a comer mientras veíamos Malcolm el del medio.
— Clarisse, te pareces mucho a Francis — comentó Sonia con seriedad.
— ¿Por qué crees eso? — le respondí con risas.
— Porque a Francis le gusta pelearse con su mamá y, a veces, sin razón. También eres muy buena hermana, aunque, como Francis, a veces haces bromas — dijo con una sonrisa.
— Uhm, puede que tengas razón, pulga. Me parezco un poco a Francis — admití.
— Oye, pulga, ¿por qué no te has cambiado? Ya son las 12 de la tarde — cuestioné.
— Porque no tengo ganas de cambiarme aún — contestó Sonia, mirando la televisión.
— Clarisse, te quiero mucho — con sus bracitos, Sonia me rodeó el cuello, dándome un abrazo.
— Yo también te quiero, pulga — le correspondí, disfrutando de ese momento con mi hermana.
Después de sumergirnos en la serie, Sonia se retiró a su habitación para cambiar su atuendo. Mientras tanto, pausé el programa y revisé los mensajes en mi celular. Entre ellos, encontré uno de Nico. Una parte de mí resistía abrirlo, pero la curiosidad ganó. "Hola Clarisse, perdón por lo de ayer. ¿Podemos vernos hoy? Te extraño". Decidí ignorar su mensaje
— Clarisse, ¿hace cuanto tiempo no vas a la reunión de jovenes de la iglesia? — preguntaba mi mamá que la verdad no se por donde salió
—No se hace mas de dos meses creo — decía de forma despreocupada ya que la verdad no me interesa ir a esas reuniones tan aburridas que te cuentan historias de un ser super bueno y blah blah
— Hoy tienes que ir a la reunión — mandaba mi mamá con su tono de voz algo liguera pero autoritaria
— Uhm mejor el sábado que viene voy — le contestaba y sabiendo lo que mi mamá me va a decir que será <<no es pregunta>>
— No es pregunta te estoy dando una orden y es que vallas a la reunión de jovenes de la iglesia — mandaba mi mamá con voz autoritaria y viéndome con cara seria que decía prácticamente <<me contestas y te reviento la boca>>
— Ya, esta bien iré a esa reunión de jovenes — me levantaba del sillón para ir por mis audífonos que había dejado en mi habitación para después salir de la casa y dirigirme a la iglesia que no había ido desde hace mil años <<3 meses o si no que mas>>
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Al llegar a la iglesia y entraba al aula donde hacen las reuniones de jovenes la líder me saludo y me dijo que me sentara y obvio diciéndome <<me alegra que estes aquí>> la verdad yo no estaba feliz de estar aquí es demasiado abrumador para mi
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FREE ME
Teen Fiction¿Has buscado amor en muchas partes? ¿Has sentido que no eres especial? Pues yo si e llegando a pensar que nadie me amaría. Sin embargo, encontré a alguien que me ama profundamente, al punto de enviar a su único hijo para morir por mí y brindarme u...