Dos dias despues de el encarcelamiento del joker, la guarida de Batman estaba sumida en la oscuridad cuando el Joker se deslizó dentro, su risa resonando en las paredes mientras husmeaba cada rincón en busca de secretos ocultos. Con una sonrisa retorcida en el rostro, se deleitó en revolver los archivos ultra secretos de Batman y examinar cada detalle de su guarida.
Pero su atención se desvió cuando encontró un cajón lleno de ropa interior, decorada con ositos y corazones. El Joker no pudo contener su risa mientras examinaba las prendas, imaginando al sombrío caballero de la noche usando tal atuendo tan infantil.
Sin embargo, su diversión se vio interrumpida bruscamente cuando Batman entró de un portazo, su figura imponente llenando la habitación. Agarró al Joker por el cuello y lo empujó contra la pared con tanta fuerza que le sangró la nariz.
"¿Qué mierda haces aquí? ¿Cómo entraste? Más importante aún, ¿cómo saliste de la prisión?" gruñó Batman, su voz llena de furia contenida.
El Joker se rió entre dientes, limpiándose la sangre de la nariz con un pañuelo morado. "Ayyy, no puedes ser más gentil? Eso dolió", se quejó, mirando a Batman con una mezcla de diversión y desdén. "Relájate, haz una pregunta a la vez, ¿te parece?" Respondió con sarcasmo.
Antes de que el joker pudiera decir algo más, Batman le lanzó un puñetazo en toda la cara, haciendo que el Joker retrocediera con sorpresa. "O respondes o te golpearé hasta que lo hagas, a la mierda la moral", gruñó Batman, su paciencia agotándose rápidamente.
En un estallido de ira, Batman le lanzó otro puñetazo en la cara, pero el Joker simplemente sonrió más ampliamente. "No responderé tus preguntas", se burló, recibiendo otro golpe de Batman. "Pero lo que sí te diré es que tienes una linda ropa interior. ¿Ositos, verdad? ¿Cuántos años tienes? ¿Cinco? No, me equivoco, tres" se burló, su voz llena de mofa.
La ira se apoderó de Batman, su mirada llena de determinación. "¿Te burlas de mi ropa interior? Veamos la tuya", quizás una ira impulsada por un poco de ebriedad.
La provocación del Joker hizo que la furia de Batman alcanzara un nuevo nivel. Lo arrojó con fuerza a la cama y lo sujetó con firmeza, determinado a obtener respuestas. "¿Ah, sí? ¿Con qué no vas a responder? Pues bien", gruñó, bajándole los pantalones al Joker.
Lo que vio debajo lo dejó atónito. El Joker no llevaba ropa interior, exponiendo todo con descaro. Batman se quedó unos segundos recalculando, mientras el Joker se regodeaba en su victoria. "No me gusta usar ropa interior, sabes? Me dan alergia. ¿Te gustó la vista?" se burló.
La paciencia de Batman llegó a su límite. Le propinó un golpe en el estómago, haciendo que el Joker vomitara, y luego lo sujetó con aún más fuerza. "Eso es todo lo que obtendrás por ahora", gruñó, antes de darle otro golpe y dejarlo en el suelo, sintiéndose más frustrado que nunca.
Batman decii castigar a él joker haciendo caso a sus insinuaciones, pero de forma dolorosa.
El Joker yacía en el suelo, su cuerpo maltrecho después del brutal encuentro con Batman. Pero lo que Batman no sabía era que el Joker disfrutaba del dolor, cada golpe y cada arañazo solo aumentaban su excitación.
Con una sonrisa retorcida en los labios, el Joker se entregó al dolor, gimiendo de placer mientras Batman lo sometía con fuerza bruta. Cada embestida era como una oleada de éxtasis para él, sus gritos de dolor mezclados con risas maníacas que resonaban en la guarida.
Batman, ajeno al placer del Joker, continuó su ataque sin piedad, su ira desatada mientras se entregaba a la violencia. No mostraba compasión ni remordimiento, solo la determinación de castigar al villano por sus crímenes.
Finalmente, después de una sesión brutal y dolorosa, el Joker cayó al suelo, inconsciente y exhausto, su cuerpo repleto de sudor y sus ojos con lagrimas de dolor. Batman observó su cuerpo, notando por primera vez las cicatrices y marcas que cubrían su piel.
Cada cicatriz contaba una historia de sufrimiento y violencia, un testimonio de los horrores que el Joker había enfrentado en su vida. Pero incluso en su estado inconsciente, su rostro aún mostraba una sonrisa retorcida, como si el dolor fuera su más oscuro placer.
Batman se sintió perturbado por lo que había hecho, por la brutalidad con la que había tratado al Joker. Por un momento, se preguntó si había cruzado una línea que no podía regresar.
Pero en el fondo de su corazón, sabía que el Joker no era una víctima indefensa. Era un monstruo, un villano despiadado que disfrutaba del caos y la destrucción. Y aunque la violencia de esa noche lo había dejado marcado física y emocionalmente, Batman sabía que el Joker se levantaría una vez más, listo para desatar el caos en Gotham una vez más.