Una sonrisa por otra

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Mi despertador retumbó en mis oídos. De mala gana lo apagué y me oculte otra vez en el pecho de Ángel. Sabía que estaba despierto, pronto me va a pedir que despierte.

No fue tarde que comenzó a darme pequeños besos en mi oído para que despierte. Hacía eso siempre ya que le parecía buena idea considerando que yo soy una de las personas que no quieres despertar por lo terca que soy. Y bueno, está es la única forma.

Me tapó mi oído con la mano y meto mi cabeza entre sus brazos, haciendo que Ángel ría. Se aparta y me levanta de mi cama. Confío tanto en él que no doy señales de despertar, es más me ocultó en su cuello. Ne sacude suavemente. Sigo en mi intento de dormir. Siento como su pecho sube y baja al suspirar. Me tiene mucha paciencia.

Baja mi cuerpo y lo pone en la cama. Yo por mi parte me tiro y acuruco en las sabanas. Me tiento a abrir un ojo para ver su cara de frustración, pero lo veo con una media sonrisa. Sonrió por mi parte, y me pongo la almohada sobre la cabeza. Su pesó hace que me de cuenta que se está sentando. Levanta la almohada y me mira. Con un ojo abierto le digo:

- ¡Hoy no voy!

Ríe, me levanta de nuevo y me pone de pie frente a mi baño. Muy malumurada tomó mi ropa que alisté en la noche y entró sin decir ni una palabra.

Trató de tomar una ducha corta pero es imposible, soy muy tardona. En momentos me detengo para oír su voz cantar. Acostumbra a cantar cuando se aburre y está aburrido allí afuera esperando. Cada vez que paró para oírlo me toca la puerta para que no me olvide de la ducha. Ni idea como lo sabe.

Salgo ya lista. Me siento en mi tocador para maquillarme un poco, aún que a Ángel no le gusta que lo haga, apenas me deja doblar mis pestañas, por lo tanto siempre estoy tan maquillada como una moja.

Sin que Ángel lo note trató de ponerme un perfume de PINK, pero se da cuenta y me echa encima el de rosas. Él sonríe satisfecho, y yo no puedo evitar sonreír.

Me voy de mi casa ya toda preparada para otro día de tortura, con Ángel pisando mis talones. Al llegar todo es lo mismo: caras aburridas, filas y filas de casilleros y los viejos profesores. No tengo amigos, igual ni me importa, el colegio, para mi, es sólo una contrucción hecha para torturar niños. Llegó a mi casillero y trató de recordar que me toca, a pocas semanas de graduarme y ni se que miecoles me toca. Será un día largó.

Mi ángel, Mi todo (Austin Mahone y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora