Capítulo V

314 23 0
                                    

—No ha cambiado nada Baji-san.

—Qué dices yo lo veo más anciano, mira qué es esto ¿canas? —El chico de mechas sonrió con burla mientras abrazaba a Baji con cariño siendo observados por ahora un pelinegro Chifuyu que solo sonreía al ver como bromeaban entre sí los dos mejores amigos.

—Tora sigue siendo el mismo idiota de siempre, es increíble que Chifuyu te haya soportado todo este tiempo ¿cómo lo haces? —Chifuyu se sonrojo y solo miró hacia otro lado algo nervioso provocando que Kazutora sonriera y fuera a abrazar por la espalda al chico.

—No se librará de mi tan fácilmente menos ahora —tomó la mano del chico y la levantó para dejar ver un bonito anillo de compromiso. —Nos casaremos el próximo año.

Baji solo los miro bastante sorprendido y sonrió al verlos, realmente se alegraba por ellos.

—Ustedes, vaya sorpresa quien lo diría —después de todo no había sido en vano viajar a Tokyo, se había podido reencontrar con sus mejores amigos al enterarse que tenían una gran tienda de mascotas cerca de donde estaba hospedado.

Hablaron durante un largo rato hasta que Kazutora tuvo que irse a atender una emergencia en la tienda de mascotas, se había convertido en un gran veterinario. Durante ese rato la sala de estar quedó en silencio, pero podía sentir una mirada sobre él. Habían pasado alrededor de cuatro años desde que se vieron, no habían terminado en las mejores condiciones en aquel entonces.

—¿Baji-san?

—Es bueno saber que estas en buenas manos Chifuyu... —El ahora pelinegro asintió, pero aun había algo de duda en su mirada. —Vamos no me mires así, sabes que no podíamos estar juntos.

—Lo sé... —pero verlo aquí y ahora le causaba un extraño dolor en el pecho, había pasado tanto tiempo, pero sus sentimientos ahora parecían confundidos y eso no le gustaba, no podía seguir pensando en un tonto romance adolescente, ahora estaba comprometido con Kazutora.

—Yo...yo debería irme. —Quería salir corriendo, sentía que se asfixiaba y ver la mirada de Chifuyu sobre su persona le provocaba un sinfín de emociones.

—Si, deberías irte. —Se levantó para despedir a Baji y caminó hacia la puerta. Baji lo siguió y se quedaron parados en el recibidor por unos minutos, por instinto Baji tomó el rostro de Chifuyu entre sus manos acariciándolo con ternura. El más bajo solo se dejó y sonrió cerrando sus ojos para disfrutar de aquello.

—Te queda el color negro —apartó uno de los mechones de la frente del chico provocando que abriera los ojos y solo le sonrió.

—Gracias Baji-san. —Retrocedió para alejarse del mayor y abrió la puerta —Ven a visitarnos más seguido, eso le agradaría a Tora.

—Lo haré... —Salió del departamento y se despidió del chico, no sabía qué hora era, se sentía bastante confundido pues ahora se hallaba conduciendo sin un rumbo fijo observando como la ciudad comenzaba a cobrar vida, de momento las luces neón de los anuncios de diversos clubes lo habían aturdido.
Ya era su última noche que pasaría en Tokyo, no le vendría mal despejarse por un momento y beber un trago.

El ambiente era bastante animado, había personas bailando y bebiendo como si no hubiera un mañana, la música resonaba en todo el lugar, aun así, Baji se sentía ajeno a todo lo que lo rodeaba. Se sentó en la barra y pidió un par de tragos los cuales apenas había tocado. No creyó que le afectaría tanto esa visita. Bebió un sorbo más sintiendo como quemaba su garganta aquel trago, hacía mucho tiempo que no bebía.

Suspiró volviendo la mirada a su vaso medio lleno y luego solo sonrió.

—En verdad soy tan patético. —Bebió un poco más esta vez de golpe hasta que se terminó todo el líquido pidiendo un nuevo trago. Ya no pudo parar después de algunos tragos más y siguió bebiendo hasta que comenzó a sentirse aturdido.

Cómo pudo tomó sus cosas y caminó entre la multitud de personas que estaban en el lugar, se sentía sofocado y necesitaba aire fresco. Con algo de dificultad logró llegar a la pequeña terraza del club y el aire frío golpeo su rostro, no había muchas personas ahí por suerte y tanteando uno de los bolsillos de su pantalón encontró la cajetilla de cigarros que solía cargar consigo a escondidas de Mikey. Había dejado de hacerlo, pero por esta vez haría una excepción.
Tomó uno entre sus dedos llevándolo a su boca y lo encendió torpemente.

Afuera apenas y se escuchaba el eco de la fuerte música que sonaba dentro así que fue más fácil perderse en sus recuerdos.

—¿Por qué? —Habían pasado casi cuatro años entonces porque ahora se sentía colapsar.


—Mmgh~ Ba...baji. —Se sentía tan lleno de vida aquella noche. No le importaba si el destino decía que Chifuyu no era su Omega, quería marcarlo como suyo, lo deseaba. Nada le impedía marcarlo en este momento mientras lo embestía con fuerza y pequeñas lágrimas salían de aquellos bonitos ojos azules que tanto adoraba.

—Chifuyu~ —Los gemidos aumentaron y sus corazones latían agitadamente mientras se entregaban el uno al otro. Nada importaba, solo serían ellos dos juntos para siempre.

—Yo...yo encontré a mi omega, Chifuyu es mi omega —Las palabras que Kazutora le había dicho el día anterior hicieron eco en la mente de Baji. No podía marcar al rubio suyo, no quería lastimar a su mejor amigo. No podía ser tan hijo de puta.

Cuando terminaron solo salió del interior de Chifuyu y lo cubrió con las mantas para dejarlo dormir tranquilamente. Se vistió y lo miró una última vez, beso su frente con cariño y se fue. Solo desapareció, no se interpondría más y le dejaría el camino libre a Kazutora.


Dejo la ciudad y regreso a casa de su madre quien no dijo nada y solo lo recibió feliz. Días después también se reencontró con su mejor amigo de la infancia, le alegraba volver a verlo y saber que tenía una feliz relación con un Alfa a quien conocían como Draken. Los envidiaba al ver lo felices que eran y como a Draken no le importaba no ser el Alfa destinado de Mikey, aun así, lo amaba demasiado.
Por esa razón había aceptado tener la relación que tenían, no podía arrebatarle la felicidad a alguien más. Dejaría el egoísmo de lado por ver felices a quienes quería.



𓊈𝚄𝚗 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 𝙿𝚊𝚛𝚊 𝚍𝚘𝚜 𝙰𝚕𝚏𝚊𝚜𓊉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora