𓊈𝚄𝚗 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 𝙿𝚊𝚛𝚊 𝚍𝚘𝚜 𝙰𝚕𝚏𝚊𝚜𓊉

Capítulo IX

Si le hubieran dicho lo doloroso que era cuando la conexión de un Alfa y un omega se rompía, probablemente jamás habría aceptado que lo marcarán. Se sentía herido y al principio le aterraba la idea de estar solo cuidando de tres pequeños, Emma y Shinichiro le dijeron que lo mejor sería que volviera al dojo con el abuelo, pero Mikey era demasiado orgulloso para volver a su antiguo hogar dándole la razón a su abuelo.

No tenía opción y lo que mejor le pareció fue mudarse con Shinichiro. Lo peor ya había pasado los Alfas lo habían abandonado a su suerte. No quería volver a verlos y esperaba que ellos tampoco volvieran a aparecer en su vida. Cinco meses ya habían pasado desde que Sousuke nació, no habían sido días fáciles. A Kotaro y Kenta les tomó un tiempo acostumbrarse a la llegada del bebé aun así lo cuidaban y jugaban con él, aún eran pequeños no sabría cómo explicarles en el futuro que su padre los había abandonado a su suerte. Suspiró cansado mientras observaba como finalmente había logrado que los tres durmieran y salió de la habitación en silencio encontrándose a Shinichiro llegando del trabajo, había comprado comida de regreso a casa así que ambos se sentaron a comer.

—¿Los niños te dieron muchos problemas hoy?

—No, fue un día bastante tranquilo. —Respondió el rubio apenas tocando la comida que estaba frente a él.

—Lo siento, en verdad lamento no poder ser de ayuda en este momento.

—No importa. —Ya hacia bastante con haberlos aceptado en su casa, lo demás seria pan comido, olvidaría a los dos estúpidos Alfas y seguiría con su vida cuidado de sus pequeños, no era un mal plan.

—Yo... me tomaré unos días, el celo de Wakasa no tarda en venir así que pasare esos días en su departamento, Emma vendrá de vez en cuando a ver cómo estás y no te preocupes dejaré todo lo necesario. Así no tienes que salir.

—Entiendo, pero no te preocupes puedo cuidarme solo, no quiero molestar a Emma. —Después de todo sus hermanos ya tenían una vida propia, no podían estar siempre pendientes de él y lo que menos quería era que le tuvieran lastima.

Los días siguientes todo transcurrió de manera normal, Shinichiro se había ido y Mikey pronto comenzó a aburrirse, quizá podría salir y llevar a los niños al parque cercano. Vistió y preparó todo para salir solo debía esperar que Sousuke despertara de su siesta mientras Kotaro y Kenta miraban televisión y estaban sentados en la sala. Iba a sentarse con ellos, pero al escuchar el timbre de la puerta se sorprendió, no esperaba visitas o algo similar además Emma siempre entraba con la copia de su llave. Él timbre siguió sonando y con algo de duda Mikey fue a abrir la puerta.

Jamás en su vida había visto a esa mujer así que la miro extrañado, vestía de manera bastante costosa y todo en ella imponía cierto respeto. Aun así, no podía negar que era hermosa con su larga cabellera rubia, piel pálida y sus ojos color miel además tenían un buen cuerpo, olía ligeramente a vainilla, era una Alfa de eso estaba seguro.

—¿Necesita algo? —Se atrevió a preguntar mientras se cruzaba de brazos mirando a esa mujer.

—¿Eres Sano Manjiro? —las alertas se encendieron en Mikey al escuchar como esa mujer lo llamaba. —Yo...Bueno te estaba buscando porque quería hablar contigo ¿puedo pasar?

—Claro. —Se hizó a un lado para que la mujer entrará en la casa y cuando eso sucedió cerró la puerta lentamente, cuando menos se dio cuenta la mujer estaba frente a Kotaro y Kenta mirándolos de manera sonriente.

—Vayan a su habitación mis pequeños y vean si su hermanito ya despertó —No le agrado la manera en la que esa extraña mujer los miraba, los niños asintieron y se fueron por un pasillo en el que al final estaba la habitación de los niños.  —¿Quién eres y por qué estás aquí?

—Qué lindo, sí que eres un omega bastante interesante, ahora entiendo porque Ken-kun estaba tan fascinado contigo, no esperaba menos incluso los niños se parecen a él.

¿Qué significaba aquello? Las palabras de la mujer lo tomaron por sorpresa y de la nada el miedo comenzó a invadirlo, temía que quisiera lastimar a sus pequeños. Aquello le preocupaba más que haya mencionado a Draken.

—No respondiste mis preguntas ¿Quién eres y por qué estás aquí?

—Vamos no me mires así, pero ya que insistes, mi nombre es Sayuri y soy la prometida de Ryuguji Ken.

¿Prometida?

De eso se había tratado entonces, de momento su cuerpo comenzó a debilitarse, creyó haber superado que ambos Alfas lo abandonasen y saber algo de al menos uno de ellos le cayó como un balde de agua helada. Jamás le pasó la posibilidad de que Draken se habría comprometido y en su ensoñación recordaba la sonrisa llena de ilusiones de un joven Draken mientras lo abrazaba y le prometía que trabajaría duro para darle una boda digna, todo a gusto de Mikey.
No quería abrumarse más y llenarse la cabeza de pensamiento de un pasado que ya no existía, pero ver a la hermosa mujer frente a él le llenaba de un sin fin de inseguridades. ¿A caso no había sido suficiente para el Alfa? No era su destinado después de todo, pero dolía como si lo hubiese sido.

—Por favor vete, ya es suficiente no quiero escuchar más, mi hermano pronto volverá a casa y no quiero causar problemas —no era verdad, pero esperaba que aquella excusa bastará para que esa mujer saliera de la casa, su aroma había comenzado a molestarle ahora que prestaba mayor atención si había un ligero rastro del aroma de Draken en ella. Aquello no le agradaba.

—Es una lástima, yo creí que podríamos llegar a ser amigos —lo miró de arriba hacia abajo —pero parece que no... como sea, esta no será la última vez que vamos a vernos. —Sin decir más Sayuri salió de la casa y subió al lujoso auto blanco que esperaba por ella y sonrió.

—¿Está todo bien señorita?

—Por supuesto, los niños son idénticos a él, no puedo esperar a tenerlos conmigo, seremos una hermosa y perfecta familia. —Sólo debía encontrar la manera de deshacerse de ese omega y obtener la custodia de los hijos de Draken, nada ni nadie se interpondría en su camino.

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Doble actualización hoy :D