Capítulo XI

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Sabía que Shinichiro iba a matarlo, podia verlo en su rostro serio una vez llegaron de casa del abuelo y lo miro cargando a aquella bebé.  

—¿Qué significa esto Manjiro? —señalo a la bebé que solo los miraba atentamente hasta que Kotaro y Kenta se acercaron curiosos a jugar con ella. —¿Y bien? No piensas hablar. 

—Draken vino a verme y la dejó aquí, no sé qué habrá pasado entre ellos, pero yo no iba a dejar a esta pequeña a su suerte. 

—Sabes al menos ¿quién es su madre? —Mikye negó y Shinichiro solo suspiró agotado. —No puedes quedarte con una bebé asi como asi, podrías meterte en serios problemas.

—Si la dejaron lo más probable es que ni Baji ni quien haya dado a luz a esta niña querían cuidarla, en ese caso yo voy a criarla como mi hija. 

—No tienes remedio. 

Así fue como su nueva rutina comenzó, Mikey estaba encantado con la pequeña a quién le puso el nombre de Haki. Era una niña bastante tranquila, además parecía que a Kotaro y Kenta les gustaba mirarla y jugar con ella. Todo había transcurrido de manera normal ya habían pasado dos semanas más y el día había empezado bastante tranquilo. Los niños hacia rato se habían ido al jardín del niños, Shinichiro se encargaba de llevarlos de camino al taller y Sousuke y Haki estaban durmiendo en su habitación. La casa estaba en completo silencio. Mikey solo suspiró mientras se sentaba en el sofá después de haber guardado los juguetes de Kotaro y Kenta, pensaba si sería buena idea encender la televisión pero su acción se vio interrumpida cuando tocaron la puerta, se levantó y fue a abrir. Vaya sorpresa se había llevado al ver a Baji con dos maletas en el suelo.

—¿Qué haces aquí? —Lo miró de arriba hacia abajo mientras se cruzaba de brazos con una expresión de molestia en el rostro.

—Yo... he vuelto. —Y el fuerte sonido de una cachetada fue lo único que resonó en la entrada de la casa, Baji no dijo nada y solo bajo la mirada mientras ponía su mano en la mejilla donde Mikey lo había golpeado. —Lo siento, te hicimos daño, pero por favor dame otra oportunidad. —Miró al omega con una expresión de sincero arrepentimiento y poco le faltaba para arrodillarse frente a él implorando su perdón.

—¿Otra oportunidad? Debes estar bromeando, cómo te atreves a mostrarte frente a mi después de todo... —quería golpearlo de nuevo, escucharlo solo le hacía recordar todo lo que había sufrido por su culpa. —Vete no eres bienvenido en esta casa.

—Por favor Mikey, solo déjame explicarte. —Iba a tocar al rubio pero lo único que recibió fue que este lo golpeara para que no lo tocará.

—No me toques, no quiero tus explicaciones y tampoco quiero verte. —No bromeaba, enserió no quería verlo, no cuando su Omega pedía a gritos por su Alfa ahora que lo tenía frente a él. Era tan doloroso tener que reprimir esos sentimientos. —Por favor solo vete tú y Draken ya hicieron suficiente con haberse ido, y-yo realmente los odió.

Eran demasiados sentimientos los que sentía Mikey en ese momento y escuchar a lo lejos el llanto de Sousuke lo sacó de aquellos pensamientos, no le importó que Baji estuviera siguiéndolo cuando corrió dentro de la casa para ir donde su pequeño cachorro había comenzado a llorar.
Mikey se acercó a la cuna y tomó al pequeño en brazos para comenzar a arrullarlo esperando que el bebé dejara de llorar, todo ante la atenta mirada de un sorprendido Baji. No tenía que ser demasiado inteligente para darse cuenta de lo que pasaba frente a él, no lo podía creer y sin pensarlo demasiado camino lentamente hasta que se puso frente a Mikey aún con el pequeño en brazos que no dejaba de llorar.
Inconscientemente el pelinegro comenzó a solar sus feromonas para cubrir a Mikey y al pequeño, la habitación pronto comenzó a inundarse del dulce aroma del chocolate y el sándalo, entonces el pequeño dejó de llorar mientras extendía sus pequeñas manitas al pelinegro que solo lo miraba sorprendido. Mikey solo se quedó atónito, dudaba si sería buena idea o no dejar que Baji sostuviera a su cachorro pero el llanto de Haki lo alertó así que solo le dio una mirada amenazante a Baji antes de dejar que sostuviera a Sousuke mientras Mikey se encargaba de Haki.

—Yo sé que no me merezco tú perdón y que no me quieres cerca, me comporte como un imbécil solo puedo pedirte perdón. —Volvió a hablar Baji una vez los bebés se quedaron dormidos y los acobijaron bien en su cuna.

—¿Por qué? ¿Por qué no me dijeron nada? Y-yo creí que moriría y tuve miedo de no volver a ver a mis niños. —Ambos salieron de la habitación de los bebés para hablar en la sala aunque realmente Mikey no deseaba hablar con Baji.

—No pensamos lo que hacíamos pero yo no he dejado de amarte por eso volví, tú eres mi omega y me odio por haberlos hecho sufrir de esa manera. —Se acercó más a Mikey esperando no ser recibido con un golpe pero ver como el chico solo contenía sus lágrimas y trataba de esquivar su mirada le partía el corazón así que solo lo tomó entre sus brazos y lo abrazó permitiendo que Mikey comenzará a llorar con fuerza.

—Te odió, te odió... —entre su llanto apenas se escuchaban aquellos pequeños murmullos de parte del omega que se aferraba con fuerza al Alfa que lo sostenía entre sus brazos.

—Se que merezco tú odió, hazlo odiame pero no me alejes de ti ni de mis hijos.

Tal vez era porque sentía demasiados sentimientos en ese momento o simplemente quería perderse y dejar que todo volviera a como lo era antes, no lo sabía pero aun con las lágrimas cayendo por las mejillas de Mikey tomó el rostro de Baji con fuerza y lo jaló para besarlo lenta pero apasionadamente. Su omega se estaba rindiendo ante sus deseos más profundos, después de todo el lazo que los unía seguía intacto.

𓊈𝚄𝚗 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 𝙿𝚊𝚛𝚊 𝚍𝚘𝚜 𝙰𝚕𝚏𝚊𝚜𓊉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora