LA PIEZA DEL JUEGO
June White, una joven de 17 años, siempre supo que su familia ocultaba secretos y que tarde o temprano tendría que enfrentarlos. Anhelaba una vida normal, una que nunca había tenido, pero se dio cuenta de que para lograrlo debía e...
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Nils
Salgo de mi habitación cerrando la puerta dejando atrás a la hermanita de Liam. Sacó mi celular del bolsillo mientras veo la hora, estamos llegando tarde.
Sospecho donde puedo encontrar a los otros imbéciles luego de la pregunta de Victoria.
«¿Él y Liam tienen algo?» vino de nuevo a mi mente.
Mientras ella creía que yo sabía algo, yo lo acabo de confirmar.
Camine hasta la cocina, era el espacio que más frecuenta mi hermano. Al entrar vi a Doris regando una plantita en la ventana.
—Buongiorno—la saludo en italiano, antes de que respondiera hable de nuevo.—¿Has visto a Nick, Doris?—le pregunté y ella se voltea hacia mí.
La vi preocupada y al instante tuve la misma expresión de preocupación que ella.
—Seguramente sigue durmiendo, no lo he visto desde anoche, joven Nils—respondió con seriedad.—Tampoco he visto a mi hija.
Nancy. Tampoco la había visto desde anoche.
—Aquí estoy madre—escuche detrás de mi, volteé a verla. Lleva el mismo vestido sencillo de anoche, su apariencia estaba diferente, algo le había pasado, estaba cabizbaja, su cabello hecho un desastre. No es comun en ella, siempre llevan un peinado delicado, a menos que pase el tiempo en la cocina, suele hacerse unos moños desprolijos por la rapidez. Me preocupe al instante.
Nunca lo lleva así, y seguía con el vestido, por un momento me pregunté lo mismo que Doris pero ya sabía la respuesta.
—¿Donde haz dormido?—exigió saber su madre planteándose frente a ella.
—Aquí madre—respondió cansada alejándose de su madre, se acercó a la nevera. La observe mientras se servía agua fresca en un vaso, lo hacía con desgana. Su madre la mira molesta, seguramente estuvo preocupada toda la noche.
—Doris, ¿Me haces un favor?—pregunte no muy seguro de lo que iba a pedir pero quería saber que es lo que le pasaba a Nancy, ella volteó a verme y asintió con su cabeza.—¿Puedes sacar a una intrusa de mi habitación?—solte sin alguna expresión visible cuando en el fondo no quería, quería dejarla tranquila, ella no sabía que era mi habitación, tampoco me molestaba su presencia ahí, pero necesita a Doris, estar a solas con Nancy. La observe de nuevo.
Me recordo a un zombie.
—Creí que no quedaba ningún invitado de la fiesta de tu hermano—hablo con un tono de voz agotado, noté las ojeras bajo sus ojos, al igual que las de Nancy.
—En realidad, no es una invitada de la fiesta, solo es Victoria, al parecer solo entro por error, no sabe que es mi habitación—le informe. Al instante en que la mencione Nancy dejo el vaso de un golpe y me miró confusa.
