Capítulo 7

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Qué mierda.

Eso fue lo primero en lo que pensé cuando en la mañana al abrir mis ojos, noté mi desnudez bajo las sábanas blancas y al girar hacia mi izquierda vi todo su cabello negro enredado.

Rápidamente me levanté de la cama asustada. De sorpresa sentí mareo que me hizo buscar la mesita para equilibrarme.

Deseé tomarme algo para el dolor de cabeza y todo el agua posible.
Fui hasta el baño y me encerré, poniendo el pestillo.

Llevé mis manos a adentrarse en mi cuero cabelludo y agarré mi cabello. Me agaché en el suelo y me pregunté nuevamente que mierda había hecho anoche.

Me metí bajo el agua fría, cuando salí ella seguía durmiendo. En silencio, de puntas de pies, fui al armario a vestirme y luego me fui de la habitación.

Encontré personas limpiando el desastre. Me encamine hacia la cocina, los sonidos de tintineo de metal me recordaron a Nancy, o sea si ella estaba en mi habitación,  significaba que su madre se encontraba en la cocina. Di media vuelta y subí de nuevo las escaleras.
A mi habitación no volvería.

Volví a bajar, le pregunté a alguien del servicio donde se encontraba la habitación de mi hermano, corrí hacia ahí.

Golpeé  la puerta, no oí nada.

Quizás sigue durmiendo, pensé.

Abrí la puerta y entré. Error.

Error, error, error.

Lo primero que vi fue a mi hermano que ya estaba tapándose con las sábanas, y escuche un golpe en seco del que no vi procedencia.

—Qué asco, ¿estas desnudo?—pregunté asqueada.

—¡Por dios! ¡golpea la puerta!—Grito molesto.

—¡La golpeé!—le vocifere.

—Sal de aquí—siguió gritando.

—No.—Respondí seria mostrándome determinada y me di media vuelta dándole mi espalda. Cerré la puerta. No me iría hasta hablar con él— vístete ya, necesito contarte algo urgente.

—¿Lo cuentas y te vas directamente?—preguntó histérico.

Sí, me iré por la ventana cuando escuches lo que vengo a contar y me lanzes.

—Obvio—respondí.

Lo oí suspirar y moviéndose, imagine que se estaría vistiendo.

—¿Ya?—pregunté inquieta luego de segundos.

—Sí—Respondió.

Me di la vuelta, lo vi con unos shorts, levantando medias del suelo.

—¿estuviste anoche en la fiesta? —Pregunte curiosa.

—Si, vine un poco tarde, y si vienes a contarme que estuviste anoche con una  chica, no hay problema. Hablamos luego—enfatizó mucho esas dos últimas palabras y  al ver que tenia mi atención miró en dirección a la esquina de la habitación.

Seguí su mirada hacia arriba, vi la camarita igual a la que yo había destrozado en mi habitación.

—De verdad, Vic, hablamos luego—cuando me llamo Vic sonó raro hasta para él.

—Pero debo decírtelo ya.

—No vamos a hablar de tu orientación sexual ahora, se muy bien que eres bisexual y no estas en ningún problema, ya lárgate—dijo muy lentamente con los ojos abiertos de par en par, mirando la cámara y a mi consecutivamente.

La Pieza del JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora