NOCHES ROMÁNTICAS
Y DESEOS HUMANOSDespués de aquella confesión bajo la luna llena, Jimin y Yoongi durmieron abrazados durante toda la noche, y juntaron sus cuerpos como si fueran piezas faltantes por emparejarse. Cupido se mantuvo escondido detrás de la espalda del príncipe, mientras este no soportaba la emoción que se expandía en su pecho.
No fue hasta el amanecer, que Jimin dio la vuelta esperando sentir el cálido tacto de una piel a su lado, en cambio, las frías sabanas de lana eran las únicas que lo acompañaban esa mañana. Yoongi se había ido incluso antes del amanecer, pero eso a Jimin no le importaba, en cambio, deseaba con todo el tamaño de su corazón que el apogeo de día terminara y la noche estrellada cubriera al cielo sobre su cabeza.
Esa misma noche, los amantes se reencontraron de nuevo en esa oscura habitación. Se abrazaron, pero Yoongi esta vez lleno de besos la espalda dorada del príncipe empezando por la nuca hasta bajar sus caderas. Jimin se ruborizo tanto que incluso aseguró que el hombre desconocido se percató de ello y rio entre dientes justo en los hoyuelos que estaban bajo su espalda, haciéndolo estremecer.
Después, a la mañana siguiente, Yoongi ya no estaba.
Y después, en la llegada de la noche, Yoongi volvía.
Para abrazarlo, besarlo, mimar su cuerpo de caricias y repartirle cada noche con la voz ronca antes del amanecer que lo amaba. Como nunca antes había amado.
Una rutina se creo entre ambos jóvenes. Donde el príncipe cada tarde antes de que su amado entrara por esa puerta de marfil y lo aprensara entre sus lánguidos brazos por toda la noche, se lavaba de pies a cabeza en el rio que estaba a tan solo unos metros del palacio. Y regresaba para vestirse con las telas que había en el palacio que dejaban al descubierto su suave pecho y sus finas piernas.
Mientras tanto, Yoongi se escapaba del palacio de su madre para volar hasta el reino de los mortales tan pronto el ultimo dorado rayo del sol se esfumará. Acicalaba sus alas, enderezaba la espalda, y entraba galantemente a la habitación con su mejor aspecto, aunque el castaño ni siquiera pudiera verlo.
Una de esas noches, mientras Cupido acariciaba con sus manos los rizos del príncipe, este ultimo no pudo abstenerse a retener la pregunta que tanto deseaba hacer desde hace unos días.
—¿Por qué no puedo ver tu rostro?
Yoongi no dijo nada. No podía decirle la verdad, pero tampoco disfrutaba mentirle a la persona que más amaba. Pensó por unos segundos su respuesta.
—Nosotros prometimos que sería un secreto ¿Ya no estás de acuerdo?
—¡Oh, no es eso! Claro que no… Yo, solo deseaba conocer el porqué de esta petición.
—Algún día lo sabrás, Jimin. Te lo prometo. Pero por ahora, duerme entre mis brazos mientras sigo aquí.
El tema no se volvió a tocar, ni por el príncipe y ni mucho menos por el dios. Jimin desconoció el porque de tanto misterio, pero tampoco pensó mucho en ello. Confiaba plenamente en el hombre que lo acompañaba, así que solo disfruto de la velada bajo las estrellas mientras aún tenía la compañía de su amado.
Los días pasaron, las noches pasaron, y la tensión amorosa y sexual entre ambos jóvenes se extendía cada vez más por la habitación.
Ya no eran solo mimos en el cabello, o besos en la espalda, ni caricias en las caderas. Ahora eran toques más íntimos, más debajo del vientre, más debajo del escaso vello que tenía el príncipe en aquella zona sensible. Ahora había roces, suaves, lentos, muy lentos; roces justo ahí, en medio de esas posaderas moldeables que cada noche se hacían más irresistibles para Yoongi. Ahora eran delicados, muy delicados pellizcos en los rosados botones que sobresalían del pecho del príncipe, que lo hacían gemir tan dulce que se volvía exquisitamente empalagoso para el oído humano.
Hasta que una embelesada noche, ninguno de los dos tuvo que decir nada. Lo sabían, sabían que era el momento de entregar sus cuerpos y almas uno con el otro, lo sabían por los toques, los suspiros, los fuertes jadeos y los suaves vaivenes que compartían con completa pasión y respeto. No fue brusco, por supuesto que no lo fue. Fue tan dulce como dos flores que se tocan suavemente acompañadas de la brisa primaveral, fue puro, casi ingenuo, fue torpe y muy romántico.
Ambos lo disfrutaron, se sintieron como si brincaran en las propias esponjosas nubes del cielo, o como si las estrellas estuvieran tan cercas de ellos que incluso podía sentir los picos tocando sus pieles, sintieron que se envolvían sobre los pétalos de todas las rosas rojas del bosque. Y por primera vez, ambos se sentían completos.
No necesitaban nada. Solo ellos y nadie más.
Esa misma noche, antes de que Cupido se fuera. Jimin volvió a preguntar, o más bien, pedir algo que lo comía desde el fondo de su estómago.
—Usted, una vez dijo que cumpliría todos mis deseos ¿Era eso cierto? —pregunto cautelosamente.
—Lo es, mi amado Jimin. Cumpliré todo lo que quieras ¿Deseas algo?
—Siendo honesto, sí —el príncipe hizo una pausa, esperando una respuesta de Yoongi, al no recibirla, prosiguió— Yo… Deseo conocer algo de ti. Tu nombre.
Jimin sintió como el cuerpo del contrario se contraía sobre su espalda, y por un momento sintió que estaba haciendo mal en desear conocer el nombre de su amor eterno, aun cuando habían quedado en un acuerdo. Pero el príncipe solo anhelaba, aunque sea un solo suspiro, de la identidad de su amado.
—Tu conoces mi nombre —dijo, después de unos minutos— conoces mi rostro, mi cuerpo… y ahora, mi alma. Sin embargo, yo no sé ni como llamarte. No pido que me enseñes quien eres, solo pido que me des un nombre que me asegure que eres real, y no solo un sueño.
—Yo lo lamento tanto, mi amado. No puedo hacerlo —dijo, con un ardor en su pecho que se extendió hasta la garganta.
Jimin no dijo nada más durante toda la noche. Era la primera vez que un silencio era incomodo entre los dos, había caricias, pero no se sentían iguales que las noches anteriores, había contacto físico, pero no se sentía la misma electricidad que las veces anteriores, y Yoongi ni siquiera se atrevió a darle besitos como lo hacía antes de dormir. Y no fue hasta que Jimin hablo de nuevo, que Yoongi pudo respirar otra vez.
—¿Puedo pedir algo más?
—Puedes desear lo que quieras —respondió casi apresuradamente.
—Hace días que no veo a mis hermanos ¿Podrías llevarme con ellos? Realmente los extraño mucho.
—¿Tus hermanos? Pero si ellos… Ni siquiera te aprecian.
—Eso no es cierto, créeme. Solo son rumores que el pueblo ha creado. Por favor, es lo único que te pido.
Y Yoongi no tuvo más remedio que aceptar sus peticiones. Después de todo solo visitaría a sus hermanos por día.
¿Qué podría salir mal?
[:🏹:]
Nuevo cap vvs
Mañana 15 de febrero les subo el siguiente capítulo
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Flechazo al corazón [YOONMIN]
RomanceYoongi el cupido, tiene la misión de arruinarle la vida al príncipe Jimin con la ayuda de sus flechas y arco magicos. Lo que Yoongi no sabe es que la belleza del príncipe lo haría quedar enamorado a primera vista. [:🏹:] » Historia Yoonmin » Genero:...