Un destino Juntos // Enzo Vogrincic x Matías Recalt

Compras

Después de hacer la pizza, Enzo se fue a su apartamento, y yo me quedé en mi balcón. Leía el libro que Enzo me había recomendado, estaba demasiado bueno. Se nota que leía mucho.

Cuando me cansé de leer, decidí salir un rato. Pensaba en ir al centro comercial, tenía que comprar algunas cosas para mi apartamento, sentía que le faltaban cosas a su cuarto.

Ya estaba listo para ir a comprar lo que le faltaba a su cuarto. Salió, pidió un taxi. Casi nunca salía al centro comercial, pasaba más en su casa, ya que no tenía con quien salir pero, al fin puedo salir sin aburrirme.

Al llegar al centro comercial, se topo con unos amigos que no veía hace años. No sabía si saludar o irse.

Al final termino yendo a hablarles.

Matías

Holaaa. Hace años que no nos vemos.

Ágata

Holaaaa Matías! ¿Cómo te ha ido?

Matías

Pues me ha ido bien. Y a ti?

Ágata

También me ha ido bien. Ahora tengo hijos y esposo. Cuando nos conocimos tenías pareja. Cómo está ella?

Matías

Pues ya no seguimos siendo pareja, hubo unos problemas por ahí. Cambiando el tema. Cómo se llaman tus hijos?

Ágata

Pues solo tengo dos, el primero se llama Leo, y la segunda Maru. Quieres ir por un café? Ya que estamos aquí.

Matías

Que lindos nombres, y claro, vamos por el café.

Ágata y Matías fueron al café. Matías no sabía que su amiga ya tenía hijos, nunca pensó que ella tendría hijos. Antes era una persona que decía que odiaba a los niños y que nunca tendrá hijos. Pero Bueno, los años te hacen cambiar demasiado.

Ágata

Y a qué has venido al centro comercial? Vas a comprar ropa o solo comida?

Matías

Pues pensaba comprar cosas para mí cuarto, podría ser plantas, peluches, cuadros, etc. No tengo bien en mente que voy a comprar.

Ágata

Pues yo conozco una tienda de que vende decoraciones muy lindas. Si me permites te podría llevar.

Matías

Está bien, pero primero acabemos nuestros cafés.

Los dos amigos conversaban de cuando ellos eran cercanos. Había mucho que hablar.

Llegó la hora en la que Ágata lo llevaba a la tienda que decía. Es la primera vez que Matías iba a esa tienda, y le sorprendió, porque tenía de todo lo que a él le gustaría poner en su habitación.

Matías se había pasado toda la tarde comprando cosas para su habitación. Todo era hermoso en esa tienda, no pudo parar de gastar dinero en todas las cosas que había soñado.

Ya habían terminado de comprar todo. Le quería agradecer a Ágata, por enseñarle ese lugar tan hermoso, entonces para agradecerle, la invitó a comer a su casa. Eran las 7pm, no era tan tarde. Ágata acepto cenar en casa de Matías. Cogieron un taxi y fueron al apartamento.

Al llegar a su apartamento, Matías fue directo a la cocina, quería preparar algo especial. Iba a ser unas milanesas. Aunque no pareciera especial, Ágata le había comentado que le encantaban las milanesas.

Ágata quería ayudar a Matías pero, él no quería que lo ayudarán.

Ágata

Déjame ayudarte, te podés quemar o algo.

Matías

Yo puedo, soy un experto cocinando. Mejor anda riega mis plantitas en el balcón. O si quieres agarra un libro.

Ágata

Seguro? Mirá k soy buena cocinera. Te puedo hacer lo que desees.

Matías

Podés hacer una sopa de mariscos? Mirá que parece fácil.

Ágata

Ay no, casi no me gustan los mariscos.  Mejor me voy a regar las plantas.

Matías se quedó haciendo las milanesas. Pensó en llevarle algunas a Enzo. Suponía que le gustarían. A quién no le gustan las milanesas?

Su celular estaba vibrando, ahora no podía contestar, sus manos estaban ocupadas. No tuvo más remedio que ignorar la llamada.

Al rato ya había terminado las milanesas, olían delicioso. Ahora se iban a poner los platos en la mesa, ya eran las 8pm, se había tardado mucho en hacer esas milanesas.

Poniendo los platos en la mesa, recordé la llamada que me había llegado hace media hora. Salí un rato de la cocina para ir a revisar quien me había llamado.

Al ver mi teléfono, era Enzo. Pensó en devolverle la llamada pero, decidió disfrutar el momento con su amiga, luego iba a ver para que lo llamaba.

Regreso a la sala, vió que Karina ya había puesto todo en la mesa, además que también había servido el jugo.

Matías

Gracias Karina, no te hubieras molestado.

Karina

No hay problema, no solo quería regar plantas o leer libros.

Matías

Es que no quería que te molestaras ayudándome en la cocina.

Siguieron hablando hasta que terminaron de comer. Ya eran las 9pm. Karina ya se tenía que ir.

Se despidieron, y Matías entro a su apartamento para poner todo lo que había comprado en su habitación.

Todo era muy bonitos, tenía peluches, alfombras, sábanas, etc. Sentía que su habitación estaba vacía. No quería que siempre se viera así, aunque se veía elegante por casi no tener nada, solo unos cuentos muebles y plantas.

Había comprado luces led, solo necesitaba algo alto para poder pornelas en la pared. Esto era algo fácil, ya lo había hecho antes.

Fue a ver algo para subir a poner la luces, y lo primero que vio fue un taburete. Lo llevo a la habitación y empezó a poner la luces.

En un punto se movía mucho, ya que el taburete tenía un problema en su pata. Eso provoco que me hiciera caer y golpearme la cabeza. Me había desmayado.

Había sido tan repentino, en lo único que pensé cuando caía, era en el dolor que iba a sentir si mi cabeza golpeara con el suelo. Al final si paso.

Abrí los ojos y lo primero que ví fue mucha luz. Qué había pasado?

Doctor

Ya despertaste. Te sientes mejor? No hay alguna molestia que siga ahí?

Matías

Qué me pasó?

Doctor

Tuviste un golpe muy fuerte en la cabeza y te desmayaste. Gracias a Dios no paso a mayores.

Solo te quedarás unos días en observación, tienes una bola del tamaño de una pelota de tenis en la cabeza.

Matías

Por dios, solo me pasa esto a mi. Oiga pero, cómo fue que me encontraron? Yo vivo solo.

Doctor

Un joven llegó corriendo a dejarte en el hospital. Decía que te había visto tirado en el suelo desde su ventana.

Matías

Enzo? Es verdad que nuestras ventanas quedan justo en frente, y yo puedo ver su habitación, y él la mía pero, cómo había entrado a mi apartamento?