Capítulo Catorce

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─ ¿cómo vamos a ocultar esto si tengo la mejilla como una ardilla?

Preguntó Hannie sosteniendo una compresa fría en la mejilla inflamada y con la otra mano cortaba un pedazo de pancake.

─ Decimos que estas guardando comida para el invierno. ─ Volteó el pancake del sartén y se giró, levantó su camisa y una gran mancha oscura se veía en el abdomen de Jeonghan. ─ Por lo menos esto si lo podemos ocultar.

Hannie alzó los hombros y tomó un sorbo de su café. ─ Siempre y cuando no te toquen.

Asintió y tocaron el timbre. Le apagó a la estufa y fue a abrir.

─ ¿Seungcheol-ah?

El rubio se sorprendió, no esperaba verlo y menos ahora que su novia estaba herida. Se hizo a un lado y lo dejó seguir. Desde la entrada no se podía ver el comedor donde Hannie estaba desayunando pero ya debió escucharlos porque todo estaba en silencio.

─ Hola Jeonghannie ¿llegaron muy cansados anoche?

El mencionado se rasco el cuello nervioso.

─ Algo así ¿por qué lo dices?

Seungcheol alzó los hombros y empezó a caminar hacia la sala.

─ No me llamaron anoche además mi suegra llamó esta mañana a mi casa porque quería saludar a Hannnie antes de irse a trabajar. ─ Se iba a sentar cuando notó a Hannie sentada en una de las sillas del comedor, quería acercarse pero la menor habló:

─ Cheollie amor, siéntate y ya te saludo. ─ Hanna ni siquiera lo volteó a mirar, solo agradecía internamente que su mejilla inflamada estuviera en el lado que no veía su novio.

Seungcheol frunció el ceño pero acató al pedido.

─ ¿estás bien preciosa?

Hanna suspiró y Jeonghan fue a la cocina a terminar de servirse el desayuno.

─ Sí, solo... déjame terminar esto. ─ Señaló la mitad del pancake que le quedaba por comer.

─ Cherry-yah ¿quieres café?

Asintió y Jeonghan fue a servirle su taza de café. Comieron en un incómodo silencio, lo cual era raro porque nunca antes les había sucedido algo así y Seungcheol iba a preguntar sobre la situación pero Hanna lo hizo primero.

─ Te pido disculpas por no haberte llamado anoche pero... ─ Levantó la mirada a Jeonghan que estaba sentado al frente suyo, pidiendo en silencio permiso para continuar; Jeonghan asintió: ─ Anoche sucedió algo que no lo esperábamos.

─ ¿qué? ¿no les sucedió algo grave?

Hanna giró su rostro para mirar por primera vez en la mañana a Seungcheol. Su cabello caía por el lazo izquierdo de su rostro ocultando su mejilla y lo recogió delicadamente detrás de su oreja.

─ Esto sucedió. ─ Respondió mientras señalaba su enrojecida mejilla. Sus ojitos se llenaron de lágrimas pero no las soltó hasta que sintió el toque suave de las manos de Seungcheol.

─ Mi niña. ─ Limpió con el pulgar las lágrimas que bañaban las mejillas de Hannie. Se giró para mirar a Jeonghan ─ ¿fue un intento de robo? ¿tu estás bien?

El rubio iba a mentir pero un susurro de Hannie le hizo levantarse la camisa. Un jadeo y un insulto fue la respuesta que dio Seungcheol.

─ Debemos ir al hospital.

─ ¡NO! ─ Exclamaron al mismo tiempo.

─ ¿por qué no? ─ Agarró las llaves de su auto y billetera de la mesita de centro.

─ No sucedió por lo que crees. ─ Respondió Jeonghan y se sentó pero no pudo ocultar una mueca de dolor. ─ Ni siquiera podemos denunciarlo.

Seungcheol frunció el ceño y apretó los puños. ─ ¿de qué mierda me estás hablando? Golpearon a la hija de la inspectora de policía.

Hannie se acercó y colocó las manos sobre los puños de él, intentando suavizar los hechos.

─ Eso no servirá y sucedió por mi culpa. ─ Susurró con dolor. ─ Ayer en el bar estuvieron unos chicos y cuando salimos nos siguieron.

─ ¿cómo los reconociste si estabas en la cocina? ─ Preguntó Seungcheol, ya se estaba empezando a enojar.

─ Salí a dejar unas malteadas a una mesa de unas chicas pero te juro que solo hice eso y Seungmin oppa, me observaba desde la barra.

Seungcheol dejó ir las manos de Hanna, soltó las cosas en la mesita de centro y se tocó la cara algo brusco.

─ ¿qué tiene que ver eso con los golpes que tienen?

Jeonghan abrió la boca varias veces intentando dar una respuesta pero él no la sabía.

─ Yo quizás dije un comentario y por eso decidieron seguirnos. ─ Hannie empezó a llorar y se arrodilló al lado de Jeonghan. ─ Perdón Jeonghannie oppa, me merezco ese golpe.

─ ¡NO DIGAS ESO!

Jeonghan le acarició la cabello a Hanna. ─ Mírame Hanna-yah, tu no tienes la culpa de nada y mucho menos, mereces ese golpe.

Seungcheol se sentó detrás de Hanna y la acomodó en su regazo. La sintió algo tensa pero luego se relajó en sus brazos.

─ ¿por qué dices que es tu culpa?

─ Cuando llamaste al bar y tuve que pasarte a Jeonghan oppa, dije que algo como habla con tu novio. Ellos debieron escucharme y decidieron seguirnos.

Jeonghan se llevó las manos a la boca sorprendido y la mente de Seungcheol estaba trabajando a mil tratando de conectar todo hasta que lo entendió.

─ Jeonghannie ¿te hicieron algo? ─ Dolor y rabia se reflejaba en la mirada del mayor.

─ No lograron hacer algo porque Hannie me salvó.

Seungcheol agarró el mentón de la menor y le levantó suavemente la mirada.

─ Eres muy valiente mi preciosa ¿quieres decirme cómo salvaste a Jeonghan y a ti?

─ D-dos de ellos tenían agarrado a oppa y u-uno me tenía agarrada pero lo golpeé en su entrepierna y me soltó en-entonces corrí por mi bolso... ¿recuerdas que mi mamá me regaló un gas pimienta? ─ Seungcheol asintió. ─ Lo tomé pero antes de poder usarlo, me golpeó.

Hanna se acarició la mejilla, no sabía como le diría a su mamá lo sucedido sin embargo la menor no siguió hablando.

─ Te juro cherry-yah que no sé de donde sacó la rudeza para ignorar el golpe y lanzarle el gas pimienta directo a la cara además de eso, amenazó a los que me tenían agarrado. ─ Se levantó para ir por más hielo para los dos. ─ Dios, hasta yo tuve miedo de su reacción.

La castaña habló con tanto miedo que Seungcheol no quería volver a dejarla sola nunca.

─ ¿y-ya entiendes porqué no podemos poner un denuncio? ¿y por qué debemos ocultarlo?

─ ¿y-ya entiendes porqué no podemos poner un denuncio? ¿y por qué debemos ocultarlo?

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