✧ Mind Adventure ♥︎

La decisión

Chūya chasqueó la lengua al mismo tiempo que veía a la persona frente a él, que se trataba de un hombre de unos treinta y pico años.

El hombre tenía el cabello negro azabache algo desaliñado, unos ojos oscuros observadores y una barba que apenas comenzaba a crecer. El hombre llevaba un traje al estilo victoriano, y llevaba un pañuelo granate al cuello.

—Vaya, vaya. Así que tú eres el que le ha estado tocando las narices a la Port Mafia—dijo mientras se acercaba al hombre, con una sonrisa en los labios—. Y el que también ha atentado contra nuestra querida ciudad. Pues que sepas que no vas a salir impune de esta, mierdecilla.

—Oh, tú eres uno de esos jefes de la mafia, ¿cierto? Aquel usuario de una habilidad para controlar la gravedad—dijo el hombre, alzando la cabeza.

Chūya ladeó la cabeza al mismo tiempo que desenvainaba su cuchillo.

—Me dijeron que eras un usuario con una habilidad poderosa:veamos si es cierto. ¿Cuánto tiempo crees que podrás aguantar?

—Bueno, esperemos que Chūya sea lo suficientemente fuerte como para vencerlo él solito. Aunque sería un desperdicio haber venido si puede con él—dijo una voz detrás del pelirrojo.

—Pues no haber venido, señorito Dazai—Chūya frunció el ceño mientras la sonrisa se desvanecía de su rostro y miraba de reojo al castaño, que le sonreía. Al ver que el detective no venía solo, preguntó—:¿Qué hacen ellos dos aquí?

De detrás de Dazai salieron Atsushi y Kyōka, que se pusieron en posición de combate.

—Ah, a Atsushi-kun ya lo habían asignado para venir conmigo para que aprendiera de nuestras técnicas, y Kyōka-chan es tan terca como una mula, así que cuando ha escuchado que nos íbamos, se ha ofrecido a venir sin dejarnos opción a decir "No"—contestó Dazai al mismo tiempo que crujía su cuello—. Aunque ya les he avisado a los dos que lo más probable es que se queden mirando como si fueran dos muebles de "La Bella y la Bestia".

Chūya suspiró antes de mirar de nuevo a su adversario, quien dijo:

—¿Eres tan débil que has tenido que avisar a tus camaradas? Qué patético.

El mafioso sonrió antes de quitarse el abrigo de los hombros y apartarlo a un lado. Se agachó un poco, empuñando su cuchillo en la diestra antes de decir:

—¿Débil? Vamos, ven aquí y mira lo débil que soy.

Su adversario sonrió antes de lanzarse contra Chūya, que bloqueó su ataque con el brazo. Ambos comenzaron a combatir con puños y piernas, y mientras, los miembros de la Agencia miraban.

—¿No crees que estamos un poco de pegotes, Dazai-san?—preguntó Atsushi al cabo de un rato, mirando a sus superior.

—No creas, Atsushi-kun. Chūya es de los hombres más fuertes con los que me he cruzado, pero me han informado que ese hombre le supera en fuerza y habilidad de combate. Así que, cuando Chūya se quede sin opciones, intervendremos—respondió el castaño mientras miraba a su ex compañero, que se encontraba respirando a trompicones, empuñando su arma con ambas manos—. Y creo que ese momento ha llegado ya.

Antes de que el chico tigre pudiera decir nada, Dazai se acercó corriendo al adversario, golpeándolo por la espalda. Sin embargo, el adversario se apartó a tiempo, causando que Dazai aterrizara acuclillado al lado de Chūya.

—¿Necesitas que venga a rescatarte como a una princesa, Chūya?—Dazai se alzó al mismo tiempo que empleaba un tono burlesco.

—Cállate—el pelirrojo se pasó una mano por la mejilla, secando el sudor de ésta—. Diablos, es más fuerte de lo que pensaba.