Capitulo VI: Desliz

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No soy una cobarde.

-¿Que pretendes diciéndome todo esto Cavalier? - Sus labios se curvan hacia arriba en lo que parece el intento de una sonrisa pero resulta más en una mueca.

Está allí, con sus ojos pegados a los míos. Me permito observarlo a detalle y algo en mi se remueve de una forma extraña. Él aguarda en silencio como quien tiene mucho que decir pero se cohibe de hablar.

Dijo que le gustó. Que se supone que haga con esa información.

—Vete y sigue tu velada niña —El cambio repentino y falta de tacto en sus palabras no me resultan extraños pero me golpean de manera amarga.

Él fue quien me arrastró hasta esta habitación, me hizo pasar unos de los momentos más tensos de mi vida y ahora simplemente me dice vete "niña"

Me rio como una loca. El cólera va en subida y siento que mi sangre hierve .

¿Quién se creía él?

—Eres un hijo de puta —alisó mi vestido con las manos y decido que no seguiré perdiendo el tiempo con un puto loco.

Estoy aquí de paso, no voy a involucrarme más allá de lo que debo con esta gente.

—Dime algo nuevo —me responde cuando cruzo por su lado, tan cerca que su perfume embarga mis fosas nasales.

Ese olor a tabaco y Chanel, a madera y masculinidad. Ese olor que en ocasiones me persigue desde el primer encuentro.

Cavalier no me detiene y yo tampoco me quedo más tiempo allí.

Atravieso el pasillo por el que antes fui arrastrada. Siento sus pasos detrás de los míos. Él también había dejado la habitación.

El cosquilleo en mi nuca me indica que está mirándome, el evalúa mis pasos, se deleita con el baile de mi vestido cada vez que avanzo. No necesito voltear para saber aquello.

—Aquí estás —la voz de Joel rompe el esquema y un pequeño alivio me abraza.

Finalmente dejó ir el aire que tenía contenido.

—¿No encontraron la corbata?—su pregunta va más allá de sus palabras, hay dudas en su voz, hay interrogación hacia mí y hacia el tipo que está dos pasos detrás mío.

Lo siento avanzar. Se sitúa Justo a mi lado.

—No —responde con tranquilidad —resulta que Daniels tiene peor gusto del que imaginaba —aquello lo dice con cierto veneno.

Como si en realidad lo que estuviese diciendo es:

"Su gusto es pésimo y tú eres la prueba Joel". Cavalier se sentía superior a todos lo que estábamos allí de aquello me había dado cuenta casi que desde que le vi. Hay algo en el que vive gritando constantemente que es el mejor del recinto.

Una estupidez.

—¿Seguimos?—cuestionó a Joel y él me da una pequeña sonrisa antes de hacer algo que no me esperaba.

Ha cortado la distancia y antes de que pueda procesar los hechos el ya ha extendido su mano hasta mi rostro, siendo más específica él ha llevado su pulgar hasta la comisura de mis labios.

—Tenías labial regado —Asiento sin saber qué otra cosa hacer o decir.

—Eso —Cavalier nos mira y veo sus puños apretados —Limpia lo que otro regó —se adelanta a ambos y se pierde en la oscuridad que alberga esa parte del jardín.

En el rostro de Joel puedo ver qué quiere hacer preguntas pero su caballerosidad no se lo permite y eso lo que lo hace diferente a todos aquí. El sabe tener límites, el no busca verse superior a mi y mucho menos ponerme en una posición difícil.

Él es el indicado.

"Aunque el no es quien te hace mojar las bragas", grita mi subconsciente.

El resto de la noche va mejor que el principio. Fue una velada tranquila y duradera, de modo que cuando finalmente acabó todos estábamos agotados.

—Gracias por acompañarme —Joel me había llevado hasta la puerta de mi habitación y a lo mejor fue el hecho de que por primera vez no había nadie cerca, o quizás por la hora y la oscuridad en que nos encontrábamos pero ciertamente el estaba más suelto conmigo.

—Así? —me interroga y sonrió porque se a lo que se refiere —Usted no sabe agradecer señorita Daniels.

Una sonrisa boba enmarca mi rostro cuando el acorta la distancia y mira directamente a mis labios. Sin embargo no hace nada, él está esperando que sea yo quien de él primer paso

No lo hago esperar. Terminó de acercarme y lo beso de manera tímida al principio y hasta que él decide tomar el control. Su mano se va detrás de mi nuca y un puñado de mi cabello se ve envuelto entre sus dedos.

Me devuelve el beso con ganas y una chispa se enciende en mi al ver como aquel dulce caballero pierde el control cuando estamos a solas. Me encanta que sea más rudo de lo que aparenta.

—No me hagas esto que no soy lo suficientemente fuerte —su voz está agitada, pega su frente a la mía mientras nuestras respiraciones se relajan.

—No estoy haciendo nada —vuelvo a besarlo y él me recibe con las mismas ganas

—Alashya tú e...

Un grito estremecedor lo detiene, ambos miramos hacia la dirección del ruido que no es más que el edificio Galeno.

La voz de Melanie prohibiéndome ir allí empieza a repetirse en mi cabeza.

No podemos ver nada con claridad pero ambos estamos petrificados antes los gritos que no cesan, vienen de una mujer estoy segura.

—¿Qué está pasando?—apenas logro encontrar mi voz.

Joel no me responde, me suelta y empieza a buscar algo de manera desesperada en sus bolsillos.

—Joel hay alguien que necesita ayuda

El no responde.  Me hago de valor y con determinación empiezo a caminar.

—¿A dónde crees que vas?— me detiene y en su agarre confirmo lo nervioso que está, al igual que yo él está temblando.

Los gritos continúan, es desgarrador pues hay mucho sufrimiento en la voz de aquella persona, tanto que sin darme cuenta también estoy llorando.

Recuerdo a mi madre y las veces que lloro desconsoladamente hasta la madrugada, la recuerdo y un nudo me atraviesa toda la garganta.

Mami lloraba porque mi padre era un hijo de puta y esta mujer a lo mejor gritaba por lo mismo.

Me gano la ansiedad.

—Suéltame —logre soltarme y eche a correr en dirección al galeno.

Con cada paso sentía que los gritos eran peor, pero no me detuve.

Ya casi estaba.

"Por favor no lo hagas", le escuché decir a medida que me acercaba.

"Por favor no lo hagas amor ", mi corazón estaba desbocado

Volvieron los gritos y justo cuando estaba por empezar a subir la escalera todo fue silencio y después todo fue caos.

Un golpe seco y una verdad inminente.

La habían lanzado del tercer piso. Estaba muerta.

—Vamos Alashya —ni siquiera tuve fuerzas para negarme cuando Joel finalmente me alcanzó y me arrastro de vuelta a mi habitación.

—¿Estás bien?— no, no estaba bien y no quería fingir que lo estaba.

Llore como una niña pequeña, mientras Joel me abrazaba y me acariciaba el pelo.

Este lugar no era lo que yo pensaba.

"Ella no vio nada", demasiado somnolienta para entender el resto de la conversación, pero algo había...

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⏰ Última actualización: Feb 19 ⏰

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