Capitulo_2: Cambios dolorosos

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Cuando cumplí trece años mi madre empezó a beber, a beber demasiado. Mi padre lo odiaba, y para ser sincero, yo también.
Un dia me desperté a las once y mi madre estando muy perjudicada, agarro una botella rota y empezó a golpearme, recuerdo que fue de las peores palizas que me habían dado en mi vida, aunque las de la escuela tampoco eran pocas ni tontas.

Me acuerdo cómo si no hiciera años que hubiese ocurrido. Era lunes y como siempre me encontraba escondido en unos matorrales de la zona trasera del colegio, deseando que los matones de bachillerato no me vieran. Cada vez que se enfadaban por algo, o sus padres los golpeaban frente a toda su clase, se volvían aún más agresivos, pero si digo la verdad, aveces me sentía identificado con ellos, pero no tanto como para no odiarlos. Cada vez que me insultaban o golpeaban, veía en sus rostro la mirada fría de mi madre. Y sin hablar de los profesores, siempre que mi padre hiba a hablar con ellos los abusones acababan convenciendo a los profesores de que era yo el mayor problema, y en cierto modo, tenían razón. Eso es lo que era un matón, inmaduro e inseguro de si mismo.

Un día casi acabó con la vida de mi hermano pequeño, por tercera o cuarta vez. Reconozco que aunque me intentaba controlar,ese día había sido horroroso, tanto en la escuela como en casa. Mi madre me tiro por las escaleras, y mis compañeros me martilizaron frente a la chica que me gustaba, era la segunda vez que de verdad, había sentido *amor* intenso por alguien que no fueran mis abuelos ,y mirar su rostro, mientras me golpeaban y contemplar como ella se quedaba como un pasmarote sin hacer nada, al igual que lo hacía mi padre, me enfurecio muchísimo. Pero eso no fue todo, mi madre echó a mis abuelos de casa, estaba arta de que me defendieran cuando ella me pegaba, y los termino echando a patadas de mi casa.Ylo peor fue mi padre. Se quedaba mirando la escena mientras yo lo encaraba gritándole que hiciera algo por sus padres.Y ya lo que más me dolió, fue la verdad que mi madre que echó a la cara. Me dijo que dejara de aparentar que era valiente, cuando realmente tanto ella como yo sabíamos, soy un monstruo, igual que mi madre, soy malo y siempre he sido malo. A pesar de lo que mís abuelos me decían y lo que ahora otras personas me digan, se que soy un monstruo, o que al menos lo era.

El amor todo lo puedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora