Capítulo_3: Ya fue demasiado

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Eso ya fue demasiado, fue la gota que derramó el vaso, lo que según mi psicóloga me dijo que fue lo que terminó de convertirme en un criminal, en un auténtico asesino.
Ya tenía veintitrés años, y después de terminar la carrera de derecho, decidí que era hora de abandonar la tortura que vivía en casa, y me fui, pero lo malo seguía, ya no era maltrato físico, pero el psicológico seguía.
Mi abuela falleció y a los pocos meses mi abuelo, me sentía fatal, lloré asta no poder más, como si mi maldad se hubiese desecho por un momento y fuera libre por primera vez en años. Asique decidí apuntarme a una app de citas, alomejor podría volver a sentir algo tan especial como lo que sentía por mis abuelos, pero no fue así.
Yo padezco una enfermedad que hace que uno de mis ojos sea completamente oscuro y que el otro sea de un color azul que recuerda al cielo, y eso también fue motivos de burlas, no solo por parte de los matones de mi infancia, si no de todas las chicas que me rodeaban. Un día, no pude aguantarlo más y después de que Aitana, la chica con la que creía que había conectado, me dijera que solo me quería por interés y por dinero. No lo soporte más, la derribe de un golpe haciendo que se golpeara la cabeza con la mesilla de noche. Llore de temor, asta quedarme sin lágrimas, era perfectamente consciente de que eso estaba mal y me asuste. Pero cuando eso pasó, la tristeza se fue de mi, y comencé a sentirme distinto, como casi nunca antes me había sentido. Estaba arto de los malos tratos y me propuse una sincera y cruel meta. Me prometí acabar con la vida de todas las mujeres que me interesaban, las más guapas, la que más atención de los hombres tuvieran. No sentía ningún tipo de remordimiento en el momento en el que me miraba al espejo, y gritaba en voz alta aquellas incoherentes y horribles palabras.

El amor todo lo puedeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora