CAPÍTULO 3

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Amelia...

Bueno, acabo de descubrir un nuevo disgusto...

Detesto levantarme temprano, sobre todo cuando la mañana está tan fresca para seguir durmiendo plácidamente, pero el deber me llama y sobre todo si quiero dar una buena impresión

Prepare la tina para darme un baño, tenía tiempo de sobra y me encantaba disfrutar de mi tiempo en la tina, relajar mi cuerpo y embellecer mi piel morena, después me fui a poner mi ropa, esta vez me puse una falda negra y una blusa blanca muy bonita, me comió el pelo en un moño no tan alto para ponerme mi sobrero grande de color negro, mis guantes del mismo color y mis zapatos que iban a juego con todo

Rara vez me ataba el cabello, pero esta era una ocasión especial y debía de estar presentable, tome solamente una taza de café con una rebanada de pan y Sali de la casa para caminar rumbo a mi trabajo, por las mañanas hacia bastante sol así que fue buena idea traer el sombrero, aparte de que me permitía ver mejor y no ser cegada por los rayos del sol

La alegría emanaba todo mi cuerpo al igual que mi sonrisa de boca cerrada, era una mañana hermosa, fresca y deslumbrante, los pájaros cantaban, la brisa refrescaba mi rostro y la gente ya salía de sus casas a empezar sus días, unos con cara de fastidiados, otros con sueño y otros alegres, como en mi caso

Llegue a la locutora y vi a lo lejos como Alastor comenzaba a abrir las puertas, así que me apresure para alcanzarlo y sorprenderlo, tuve cuidado en cruzar la calle para luego ponerme a su lado

-¡Buenos días Alastor! – el castaño dio un respingo y miró a mi dirección para luego sonreírme

-¡Buenos días querida!, hoy estás bastante alegre

-Estas en lo cierto, es un hermosa mañana y me levanté de buen humor – Al se puso a un lado para permitirme entrar primero, lo cual agradecí con una leve reverencia de cabeza

-Es cierto, pero no es más bello que la bella dama que está a mi lado deslumbrando con su belleza

Me sonrojé un poco, pues nunca había recibido un halago, mucho menos uno tan elaborado, dejándome casi sin habla, el castaño se hizo a un lado para que yo pasara primero, lo cual agradecí con una reverencia de cabeza

-¿Estás lista para las noticias de la mañana querida?

-Por supuesto – nuevamente Al en un abrir y cerrar de ojos hizo un movimiento que me dejo sorprendida, enroscando su brazo en el mío para comenzar a caminar hacia el estudio con su típica sonrisa en su rostro

-¡Excelente, vamos entonces!

Al llegar me quite el sombrero dejándolo a un lado y prepararme para las noticias de la mañana

-Muy bien Amelia, ya sabes que es lo que tienes que hacer – Al me guiño un ojo y yo sonreí

Él alisto sus papeles y se sentó frente al micrófono listo para que yo diera las indicaciones correspondientes, salimos al aire en 3, 2, 1...

-¡Muy buenos días Nueva Orleans...

Y así pasaron cinco horas de noticias, chistes, música, entre otras cosas, yo también a veces me reía, pero suavecito para no interrumpir, pero mientras Alastor daba las noticias yo comencé a dibujar, era algo que desde niña se me enseño, entre un montón de cosas más, al final deje el dibujo escondido entre varios papeles que había ahí para que no se dieran cuenta y sobre todo porque todavía no estaba terminado

-¡Sigan sintonizando!

El castaño termino la transmisión y yo también para después dirigirse a mí con una sonrisa

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